Por otra parte, la orden es claramente insuficiente. Además de contar con un escaso plazo de solicitud, que finaliza el 16 de julio, recoge un procedimiento de valoración de las pérdidas que se dilata por espacio de un mes, al que habría que sumar otro plazo de 10 días en caso de desacuerdo con la misma y otro mes más para la nueva valoración, con lo cual nos “plantamos” en septiembre y se nos echa encima la siguiente campaña agrícola sin poder efectuar las labores de preparación del suelo.
Además de los plazos establecidos en la orden de la Junta, ASAJA lamenta que no se hayan tenido en cuenta ninguna de las alegaciones planteadas por la organización agraria al borrador. Así, ASAJA critica que finalmente la Consejería ha decidido valorar los daños sobre criterios de rendimientos comarcales, en lugar de valorar sobre producciones reales en los casos donde no se hubieran producido daños por el topillo, es decir, sobre las expectativas reales de cosecha.
Tampoco está de acuerdo ASAJA con los precios de los cultivos fijados por la Junta para compensar las pérdidas, porque no se contemplan los precios medios del mercado sino los fijados por Agroseguro en las contrataciones de las pólizas. Además la Junta cuantifica una franquicia del 30 por ciento frente al 10 sobre el daño total que pedía ASAJA, como sucede en siniestros de pedrisco e incendio. Con todos estos criterios, las compensaciones económicas serán claramente insuficientes, denuncia la organización.
ASAJA quiere informar a los solicitantes de las ayudas que, si llega el momento de la recolección y no se ha realizado la valoración o se ha iniciado el proceso para una tasación contradictoria, el titular debe dejar muestras testigo no inferiores al 5 por ciento de la superficie de la parcela afectada por la plaga. Estas muestras deben ser continuas, en franjas del ancho del peine de la cosechadora, representativas del estado del cultivo y repartidas uniformemente en la parcela. En este sentido, ASAJA critica la tardanza en sacar la orden, ya que aquellos agricultores que han cosechado ya, no pueden dejar las muestras, y los que se disponen a iniciar la recolección, se verán inmersos en un largo proceso e imposibilitados para realizar a tiempo las labores agrícolas.
Por último, ASAJA critica que en la orden no se recoge ningún apartado que haga referencia a los métodos preventivos para luchar contra la plaga de topillo. La organización había solicitado que se permitiera la quema controlada de rastrojos en las zonas afectadas, y la situación de excepcionalidad había llevado al hasta ahora consejero a mostrarse receptivo con esta petición, comprometiéndose a dar traslado de la misma a Medio Ambiente.
ASAJA-Castilla y León