La lucha contra el cambio climático tras Kyoto, una carrera contra el tiempo

«El tiempo no está de nuestra parte». Este fue el sentimiento expresado por varios de los participantes en la audiencia organizada por la comisión temporal sobre Cambio Climático del Parlamento Europeo (PE) el pasado jueves 4 de octubre, en la que además de eurodiputados participaron miembros del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU. Para los participantes, sólo sería posible gestionar el impacto del calentamiento global si el aumento de la temperatura no supera los dos grados centígrados en relación a la era pre-industrial; para alcanzar este objetivo sería necesario limitar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2015, de forma que en 2050 fueran ya entre un 50 y un 85 por ciento inferiores a 1990.

Uno de los oradores que subrayaron la urgencia del reto fue John Ashton, Representante Especial del departamento de Asuntos Exteriores británico, que recordó que «no tenemos un botón para rebobinar; tenemos que hacerlo bien desde el principio» e insistió en que «no se trata de un problema del futuro, sino de ahora mismo».

Ashton explicó que «cualquier debate sobre la era post-Kyoto debe partir de sus resultados y fijarse sobre objetivos». «De lo que estamos hablando es de realizar un esfuerzo para construir una economía mundial de la energía que, a finales de siglo, debería ser totalmente libre de carbono», aclaró. En su opinión, la clave no está en «falta de conocimiento… sino en falta de voluntad política».

La visión de Tokio y Pekín

Por su parte, el embajador japonés ante la Unión Europea (UE), Takekazu Kawamura, explicó que su país desea que el escenario post-Kyoto se base en tres principios: en soluciones «flexibles y diversas», en que los principales emisores de gases se sumen al acuerdo y en la reconciliación de «protección del clima y crecimiento económico».

A su vez, el representante chino Ronglai Zhong remarcó la necesidad de acciones «comunes pero diferenciadas» y calificó los resultados obtenidos hasta el momento por Pekín de «estupendos». Afirmó que su país tiene previsto acometer reformas más profundas con el fin de «promover el uso de energías limpias, reducir las emisiones».

Estados Unidos, diferente

También estuvo presente en la reunión el embajador estadounidense ante la UE, Boyden Gray, que centró su intervención en los avances técnicos destinados a paliar el cambio climático y destacó la inversión realizada por Estados Unidos en el desarrollo de energías limpias. «No lo estamos haciendo tan mal como estaba previsto», declaró, agregando que «el principal problema es la inversión».

Para el secretario general del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, Yvo de Boer, la forma de abordar este asunto por parte de Estados Unidos es distinta de la del resto de potencias industrializadas porque «se basa en compromisos nacionales de carácter voluntario», por lo que mostró su satisfacción por unas recientes declaraciones del Presidente estadounidense, en las que George Bush afirmaba que «el debate científico ha pasado ahora a segundo plano».

Bruselas: predicar con el ejemplo

Mientras muchos participantes destacaron que Europa debe asumir un papel de liderazgo en la lucha contra el cambio climático, el vicepresidente de la comisión temporal sobre Cambio Climático del PE, el eurodiputado finlandés de Los Verdes Satu Hassi, aseveró que «la mejor forma de que Europa anime a otros países en las negociaciones internacionales es predicar con el ejemplo».

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