La Ministra insta a ganaderos e instituciones a colaborar en la mejora y expansión de raza pirenaica

La raza vacuna pirenaica, ha señalado Elena Espinosa, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y circunstancias sin por ello perder su naturaleza y características, y ha conseguido mantener su diversidad genética y su orientación cárnica, respondiendo, a su vez, a las demandas exigidas hoy en día por la sociedad en materia agroambiental, de sostenibilidad y calidad de las producciones ganaderas. Todo ello, ha añadido la Ministra, gracias a su innegable capacidad de adaptación a un medio tan adverso como el de la montaña pirenaica, medio natural en el que se ha desarrollado durante siglos debido a sus extraordinarias cualidades de rusticidad y resistencia y a sus excelentes índices productivos y reproductivos.

En la conservación de esta raza Elena Espinosa ha destacado el papel de los ganaderos de la zona norte, que, mediante un gran esfuerzo, han conseguido elevar el número de reproductoras hasta el censo actual de 20.000 cabezas, evitando así el peligro de desaparición de la especie, y logrando que la raza quedar incluida dentro de la categoría de raza autóctona de fomento del Catalogo Oficial de Razas Ganaderas de España.

La Ministra ha recordado que el esfuerzo de conservación se inició ya a principios del siglo XX, extendiéndose a todas las regiones pirenaicas en las que esta raza ha tenido una presencia tradicional y culminando con la creación de diversas Asociaciones de criadores, unidas todas ellas, a mediados de los 80, bajo una única Conferencia Nacional, CONASPI con el objetivo de defender y representar los intereses de la raza vacuna pirenaica.

Fruto de la colaboración establecida entre la Administración y las Asociaciones de ganaderos que conforman CONASPI, ha resaltado Elena Espinosa, se han ido logrando distintos objetivos como la creación, mantenimiento y gestión del Libro Genealógico de esta raza, uno de los primeros en establecerse en España en 1905, así como el desarrollo, desde 1989, de un Programa de Conservación y Mejora de la raza, orientado a los productos de calidad a través de designaciones específicas, que cuenta en la actualidad con el respaldo oficial del MAPA, constituyendo, en muchos de sus aspectos, referente para otras asociaciones de criadores de razas puras.

También ha recordado la Ministra el apoyo brindado por el MAPA a CONASPI y al fomento de la raza pirenaica, mediante la concesión de una serie de ayudas de apoyo técnico al sector agrario y al sector ganadero, líneas que han sido actualizadas para los próximos ejercicios mediante una orden publicada en el BOE este mismo mes de noviembre.

Unas ayudas estatales, ha señalado Elena Espinosa, destinadas, fundamentalmente, a la gestión del libro genealógico, al programa de mejora, al control de rendimientos y a la realización de certámenes ganaderos, con un incremento en los últimos ejercicios considerable en el caso de esta raza, dado su creciente nivel de actividad.

En el marco de la salvaguarda del patrimonio ganadero nacional, la Ministra ha avanzado la próxima publicación de un Real Decreto que regulará la conservación y fomento de las razas ganaderas autóctonas. Una norma, ha indicado Elena Espinosa, que supondrá la unificación de la anterior normativa legal en materia de zootecnia y su armonización con los actuales criterios propuestos desde la Unión Europea y la FAO, erigiéndose, asimismo, en un potente instrumento de ayuda a los ganaderos para mantener, y sobre todo, para mejorar, los recursos zoogenéticos propios del país.

Tras resaltar el importante papel jugado por los ganaderos, las Administraciones Públicas y otras instituciones como las universidades del País Vasco y Zaragoza, el Instituto Técnico y de Gestión Ganadero y la Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto en la conservación de la biodiversidad ganadera en general y de la vaca pirenaica en particular, Elena Espinosa ha recabado la colaboración de todos los sectores implicados para lograr la mejora y expansión de la raza, aprovechando sus excelentes cualidades para adaptarse a las actuales exigencias comunitarias de calidad en materia ganadera, y a las características geográficas del país, compatibles con la conservación del medio natural, garantizando la supervivencia del entorno rural.

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