Durante el 2004 se registraron mínimos de hasta 22,50 Euros por lechón de 20 Kilos y el promedio se situó en los 31,27; cotizaciones muy alejadas de los precios alcanzados en el 2001: 68,76 Euros de máxima y promedio de 46,58. Desde el 2001 el sector no levanta cabeza y acumula unos nefastos ejercicios que dejan semana tras semana cotizaciones ruinosas y productores fuera del sector.
La falta de regulación del sector provoca descompensaciones entre la oferta de los productores y la demanda por parte de los mataderos; es una práctica habitual que las granjas de engorde retrasen la salida de los cerdos de cebo, entonces los proveedores de lechones, que se ven obligados a soportar la acumulación de éstos y los sobrecostes derivados de esta irregularidad, sólo encuentran salida en una bajada de los precios por debajo de los costes de producción. Estas tensiones dejan fuera de la actividad productiva a las explotaciones con menor dimensión, que no pueden soportar esta reiteración de pérdidas, cuando son, precisamente, las que ofrecen un modelo de producción más adecuado desde el punto de vista de la calidad y de la seguridad alimentaria; y apuntalan la ya mermada población rural.
El sector porcino en su conjunto atraviesa un periodo de caídas de precios insoportables: En el año 2002, producir un kilo de canal costaba 1,18 Euros, mientras que en el 2004 ha costado 1,30 (0,12 Euros más); sin embargo, el productor ha recibido por el kilo de canal 1,39 Euros en 2004, frente a los 1,37 Euros de 2002. El diferencial negativo es de – 0,10 Euros, sin añadirle la merma que supone la inflación. El sector ha perdido desde 1994 a la mitad de sus productores y la tendencia se acentúa a causa de la crisis de precios que sufre el sector, estos ciclos negativos sólo lo superan las empresas integradoras que, con sus agresivas estrategias comerciales, desalojan a los pequeños y medianos productores para tener mayor cuota en los periodos de bonanza.
COAG-IR