Aunque todavía hay que esperar al análisis minucioso del documento, así como al posterior desarrollo, lo cierto es que las líneas defendidas por ASAJA a lo largo de toda la negociación quedan recogidas en la reforma.
En este sentido, habrá ayudas directas al viticultor, siendo la primera vez que el sector vitivinícola consigue este tipo de ayudas. Asimismo, el arranque de 175.000 hectáreas en toda la Unión Europea será de carácter claramente voluntario y durante un período de tres años. Por otra parte, el presupuesto para España apenas se modifica. Si bien es cierto que en los primeros años recibiremos una cuantía inferior en los cheques nacionales, debido a la derivación de presupuesto para el arranque, en 2015 nuestros sobres serán de 400 millones de euros (de un total de 1.300 millones), es decir, prácticamente el presupuesto actual.
Por otra parte, otros asuntos de preocupación eran la eliminación de los mecanismos de mercado, la liberalización de plantaciones o el destino de presupuesto a desarrollo rural. En el primer caso hemos conseguido un período transitorio de cuatro años; en el segundo, el retraso de su entrada en vigor hasta 2018, y, en el tercero, reducir a 150 millones de euros los 400 propuestos inicialmente.
Según el presidente de ASAJA Castilla-La Mancha, Fernando Villena, hemos ganado tiempo pero las medidas de mercado se acaban. Por ello, subraya, “hay que poner la vista en el mercado”.
Lo que también es cierto es que los países tendrán mucho margen de maniobra y podrán gastar el dinero según sus necesidades, siendo esta línea en la que ASAJA trabajará a partir de este momento para defender los intereses del sector vitivinícola castellano-manchego y el presupuesto que hasta ahora le ha venido correspondiendo.
En resumen, “las cosas no quedan mal para nosotros”, recalca Villena quien, por otra parte, prefiere mantener una actitud de prudencia hasta comprobar el desarrollo técnico de la reforma.
ASAJA-Ciudad Real