La OMC y la agricultura. Franz Fischler dice que el proyecto de Harbinson no va a colmar las brechas

Comentando la contribución del presidente Harbinson a las negociaciones de la OMC sobre agricultura, Franz Fischler, Comisario Europeo de Agricultura, ha dicho que en ese proyecto aprecia pocos elementos que puedan servir para limar las diferencias entre los miembros de la OMC. Falta en la propuesta un equilibrio general entre los diferentes intereses de los miembros, ya que los beneficios van sobre todo a los países que son grandes exportadores, mientras que los costes corresponden principalmente a los países que, aun reduciendo sistemáticamente las ayudas que distorsionan el comercio, prefieren políticas que reflejan objetivos nacionales que van más allá del libre comercio sin obstáculos y están en relación con la sostenibilidad social, económica y ecológica. Nos tememos que esta contribución, en lugar de acelerar las negociaciones dentro de los parámetros establecidos por el Programa de Doha para el Desarrollo a fin de llegar a un acuerdo sobre su aplicación para finales de marzo, lo que va a hacer es frenarlas. Seguimos comprometidos por buscar un acuerdo en Ginebra sobre esta aplicación para la fecha aprobada en Doha, es decir, el 31 de marzo de 2003.

El Comisario ha señalado que la OMC trata sobre el comercio y que las nuevas propuestas sobre negociaciones comerciales en el ámbito de la agricultura deben ser equilibradas, reflejar cómo las políticas agrícolas distorsionan el comercio y fomentar políticas que disminuyan esta distorsión. Desgraciadamente, según ha declarado Fischler, el documento de Harbinson no va en este sentido, sino que su enfoque es el siguiente: en el mundo desarrollado, quienes se orientan en una dirección coherente con lo acordado en la ronda anterior se ven penalizados, mientras que quienes cambian de dirección se ven premiados. En el mundo en desarrollo, quienes necesitan un estímulo para cosechar los beneficios del comercio reciben el mismo trato que los más desarrollados o que los totalmente desarrollados. Y los que están preocupados por mejorar el suministro de bienes públicos, desde el medio ambiente hasta la seguridad de los alimentos, ven que sus preocupaciones extracomerciales son ignoradas, mientras que aumentan sus preocupaciones por el impacto posiblemente negativo del comercio.

Fischler ha dado ejemplos a este respecto: nos hemos comprometido a reducir todas las formas de subvenciones por exportación. La UE ha respetado sus compromisos en el marco del Acuerdo de Uruguay sobre la Agricultura, y se nos pide que vayamos eliminando completamente este instrumento, con un pago inicial importante. Pero a quienes usan otros instrumentos para subvencionar las exportaciones, desde créditos de exportación hasta ayuda alimentaria, de forma que distorsionan totalmente el comercio, ni siquiera se les pide que respondan por no haber cumplido plenamente el compromiso de la ronda anterior que les exigía disciplina en estas formas de ayuda a las exportaciones. Por el contrario, se permiten muchas escapatorias para el futuro.

En materia de ayudas internas, Fischler ha explicado que la UE se ha encaminado hacia una política menos distorsionadora, al transferir con la Agenda 2000 una parte significativa de sus ayudas internas de la caja ámbar a la caja azul. Sin embargo, añade el Comisario, el documento de Harbinson considera que la caja azul es prácticamente tan distorsionadora del comercio como la caja ámbar, aunque el análisis de la OCDE demuestra claramente que la proporción es de 1 a 4, aproximadamente. Por otra parte, el periodo de referencia elegido para la caja azul penaliza a posteriori nuestra reforma porque se inicia durante el tiempo de la aplicación de esta. Sin embargo, en otros casos se aplica un trato diferente, pese al cambio de orientación de sus políticas hacia instrumentos claramente más distorsionadores del mercado, con el uso de una escapatoria de minimis. De hecho, se permite el uso de esta escapatoria a niveles tan reducidos que apenas tiene efecto, ha subrayado el Comisario.

Finalmente, en relación con el acceso al mercado, Fischler ha insistido en que se ha perdido el equilibrio entre la reducción de aranceles y el mayor acceso de los países en desarrollo, equilibrio que habría caracterizado esta ronda como un avance. Así, el acceso al mercado se convierte en un instrumento para satisfacer a los exportadores desarrollados, en lugar de ser un medio de diferenciar el acceso en beneficio del mundo en desarrollo, ha concluido el Comisario.

UE

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