Artículo de opinión de Esteban Andrés Soto, Secretario General ASAJA Aragón
La Reforma de la PAC recién aprobada en Luxemburgo ha suscitado diferentes estados de opinión, y cada cual se manifiesta “según le ha ido la feria”.
Hay quien desde una crítica política en oposición al actual gobierno, califica la nueva PAC de “rotundo fracaso” y quien la considera un logro histórico y, como dice el Ministro Arias Cañete, “todos los objetivos planteados antes de las negociaciones, han sido alcanzados”.
Desde ASAJA con una perspectiva más rigurosa y profesional, decimos que esta PAC tiene luces y sombras y, según venían dadas al principio de la negociación, se han mitigado algunos de los recortes y peligros anunciados en sectores vitales para el campo aragonés. No vamos a caer en el catastrofismo sistemático reiterado de algunas organizaciones agrarias, ni en la euforia del Ministro dando todo por bueno.
Un aspecto sobresaliente de la Reforma es que su aplicación está todavía por definir y que los Estados Miembros y las Autonomías tienen mucho que decir. ¿Ventajas?: son las administraciones más próximas y será más fácil entendernos. ¿Inconvenientes?: justamente la proximidad puede abrir una voraz competencia entre Autonomías con criterios dispares y agravios demasiado próximos, muchas veces fronterizos.
Otra cuestión de interés es que hay tiempo hasta 2007, una vez salgan los reglamentos, para recibir una exhaustiva información y amoldarnos a la nueva normativa. Mientras no se publiquen los reglamentos es imposible dar respuesta a la inagotable casuística que llega a las oficinas y que los agricultores y ganaderos demandan para saber a qué atenerse. El consejo general es que no conviene hacer grandes modificaciones, ni operación (compras, ventas…) hasta que se disponga de la “letra menuda” que desarrollarán los reglamentos correspondientes.
Entrando en la Reforma, se han asegurado las ayudas para los forrajes desecados, y frutos secos. Se ha variado el sistema de penalización del arroz y se ha evitado la caída de los precios de intervención de los cereales. También la modulación se ha mitigado quedando exentos para todos los 5.000 primeros euros y aplicando un 3%, 4% y 5% en los años 2005, 2006 y 2007 respectivamente.
La otra figura criticada, el desacoplamiento, ha quedado opcional para los Estados Miembros. España seguramente aplicará, a partir de 2007, un desacoplamiento para cereales del 75%. Es imposible ahora adivinar los acuerdos a que llegarán las Autonomías con el MAPA para la aplicación del artículo 58 que da la potestad de ejercer, a las Autonomías, una cierta discrecional de alguna de las medidas.
Algo parecido ocurre con las ganaderías, para las que se abren varias opciones con el acoplamiento de las vacas nodrizas y combinaciones con la prima al sacrificio y el bovino de carne.
El grave peligro se cierne en el segmento más débil de nuestra agricultura: el secano menos productivo. El acoplamiento del 25%, significa que el 75% desa- coplado se cobraría siguiendo un mantenimiento agroambiental de la explotación cuya norma se desconoce todavía (sin obligación de sembrar) y para cobrar el total de la subvención ( el 25% restante) sí que habría que cultivar el 100% de la explotación, como hacemos ahora.
No parece excesivo aliciente el que se propone para estas fincas deprimidas y poco o nada competitivas. Se cierne el posible abandono y es una de las sombras, por decirlo en términos suaves, de esta Reforma.
ESTEBAN ANDRÉS SOTO
Secretario General ASAJA Aragón
Asaja Aragón