El seguro de cítricos es la mejor herramienta que poseen los agricultores para proteger sus cultivos frente a los imprevistos, y por tanto, asegurar también sus rentas futuras. Además, los productores que hayan contratado el seguro agrario pueden inscribir sus parcelas en la IGP ‘Cítricos Valencianos’ para aprovecharse de la ayuda adicional al seguro que la propia Consellería de Agricultura, Pesca y Alimentación tiene a bien ofrecer por formar parte de la IGP.
La ventaja económica consiste en un suplemento del 10 %, y que se une al 60 % de la subvención que ya concede la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación respecto a la subvención concedida por ENESA, siempre teniendo en cuenta que la subvención total no podrá superar el 70 % del coste neto de la póliza.
Se trata de la oportunidad perfecta para que los productores de cítricos de la Comunidad Valenciana puedan beneficiarse de las grandes ventajas que ofrece la inscripción de sus parcelas en la Indicación Geográfica Protegida.
Asimismo, también supone ponerse bajo el amparo que ofrece la IGP ‘Cítricos Valencianos’ al integrarse en una marca de calidad que promociona y divulga las excelencias que reúnen los cítricos valencianos por todo el mundo.
El panorama asegurador de los cítricos ha alcanzado un nivel de desarrollo y una complejidad considerable desde que aparecieron los primeros seguros entorno al año 1981. Los cítricos fueron uno de los primeros cultivos en disponer de ellos frente a las adversidades climáticas, fundamentalmente por la importancia económica y social de los cultivos, así como por la vocación exportadora y el dinamismo que ha caracterizado a este sector español.
Debido al innegable papel que el cultivo de cítricos ha tenido en el desarrollo económico de una de las principales zonas productoras del mundo, la Comunidad Valenciana, es fundamental el interés en fomentar el empleo de seguros lo más completos posibles que protejan, de forma efectiva, a una fuente de riqueza como son este tipo de productos.
Las ventajas que ofrecen los seguros pasan por cubrir las pérdidas de cantidad y calidad que registran los frutos a lo largo de todo el proceso de cultivo debido, bien a las adversidades climáticas no controlables, o bien a daños evolutivos y fisiopatías.
En definitiva, estamos ante una manera de que el agricultor consiga que sus cosechas se sobrepongan a la llegada de cualquier clase de perjuicios y se garantice una rentabilidad, que en ausencia de seguros, deja en manos del destino.
COM IMAGINACIÓN