La enfermedad ha afectado sobre todo al ganado ovino, con 133 brotes en 29 provincias detectados hasta ahora.
La PPR es una enfermedad viral muy contagiosa que afecta a las cabras y ovejas domésticas y a los pequeños rumiantes silvestres. Se transmite a través del contacto entre los animales. En su forma más grave se caracteriza por una fiebre alta, secreciones en los ojos y las fosas nasales, llagas en la boca, lesiones necróticas en las membranas mucosas, dificultades respiratorias y diarrea.
La tasa de mortalidad puede alcanzar el 80 por ciento en los casos graves. En los de máxima gravedad, la mortalidad es del cien por cien, con la muerte de los animales afectados en la primera semana.
Se trata del primer brote detectado hasta ahora en Marruecos, lo que indica que la PPR ha atravesado la barrera natural que supone el desierto del Sahara y amenaza ahora a los países del norte de África.
Por el momento se desconoce el origen de los brotes, pero se especula con que el virus llegase a través del transporte de animales infectados vivos. Para los países del Magreb, el control del transporte transfronterizo de animales es difícil, en especial en la zona meridional de la región, en donde los ganaderos practican un estilo de vida nómada.
Riesgo de propagación
La cabaña ovina marroquí alcanza los 17 millones de animales, y la caprina 5 millones. Este ganado desempeña un papel importante en los medios de subsistencia de millones de familias.
El comienzo del mes de ayuno del Ramadán en septiembre, y la celebración de la festividad del Eid el-Adha en diciembre, hacen que el comercio ganadero, especialmente el ovino, se intensifique en los países norteafricanos. Sin los mecanismos adecuados de control, se podría acelerar la propagación del virus, alerta la FAO.
Los brotes pueden conllevar cuantiosas pérdidas económicas, agravadas por la imposición de medidas sanitarias, el control del transporte de animales y las restricciones comerciales. Existe también un riesgo para los países de Europa meridional que mantienen estrechas relaciones comerciales con Marruecos, en particular España.
“En caso de que la presente situación evolucione hacia una mayor mortalidad, los medios de vida de las familias dedicadas al pastoreo se verán gravemente amenazados. El impacto económico no será tan grande como el de la peste bovina en el ganado vacuno, pero el impacto social será aún mayor si se considera la importancia de los pequeños rumiantes para las comunidades afectadas”, advirtió el Veterinario Jefe de la FAO, Joseph Domenech.
La respuesta de la FAO
En respuesta a la solicitud de ayuda por parte de las autoridades marroquíes, la FAO envió una misión de respuesta rápida del Centro de Gestión de Crisis-Sanidad Animal (CMC-AH, por sus siglas en inglés) que opera de forma conjunta con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). El equipo, que estuvo sobre el terreno entre el 12 y el 21 del pasado mes de agosto, colaboró para establecer medidas urgentes para controlar y frenar el avance de la enfermedad.
El Centro de Emergencia para la Lucha contra las Enfermedades Transfronterizas de los Animales (ECTAD) de la FAO organizó una reunión urgente de dos días de duración con todos los responsables del sector veterinario del Magreb, que tuvo lugar los pasados 28-29 de agosto en Túnez. Los participantes acordaron ayudar a Marruecos en sus esfuerzos para controlar el brote de PPR y solicitaron que la FAO colabore con sus autoridades para elaborar un plan de contingencia, garantice su ejecución y mejore la coordinación entre los servicios veterinarios de los países del Magreb y los de Europa meridional.
La FAO se encuentra preparando un proyecto urgente de cooperación técnica regional en respuesta a la crisis.
Medidas de contención
Las medidas de prevención y lucha contra la PPR recomendadas por la FAO incluyen el control del transporte de animales, el establecimiento de una cuarentena en las granjas afectadas o sospechosas de estarlo y las medidas de profilaxis (vacunación alrededor de las zonas donde hayan surgido brotes y en las consideradas de alto riesgo).
Respecto a la situación en el Norte de África, la Organización de la ONU también recomienda que los países de la zona:
·revisen sus planes de emergencia y contingencia frente a las enfermedades animales;
·aumenten la concienciación e informen a los veterinarios, ganaderos y diferentes servicios gubernamentales sobre la PPR, sus riesgos y los síntomas clínicos;
·promuevan que se informe rápidamente a las autoridades si aparecen casos sospechosos. Refuercen la vigilancia epidemiológica en las zonas de mayor riesgo;
·mejoren la inspección de los rebaños de ovejas y cabras e instituyan medidas de control para el transporte de animales, la correcta gestión y vigilancia de los mercados ganaderos y de los casos sospechosos son igualmente de enorme importancia para contener el avance de la enfermedad.
FAO