LA PISCIFACTORÍA DE ORONOZ LOGRA, POR PRIMERA VEZ EN NAVARRA, QUE UN SALMÓN HEMBRA VIVA Y SE REPRODUZCA EN CAUTIVIDAD – AGRICULTURA Y PESCA

La piscifactoría de Oronoz, dependiente del Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda, ha conseguido que un ejemplar hembra de salmón viva durante más de un año en cautividad, manteniendo con normalidad su capacidad reproductora.

La dificultad de este logro estriba en que los salmones, debido a sus características biológicas, dejan de tomar alimentos en el momento en el que pasan del mar al río, por lo que los técnicos han tenido que «enseñarle» a comer. Esta técnica, que ha sido aplicada por primera vez en Navarra, comenzó a ser utilizada hace pocos años en Irlanda y, en la actualidad, se desarrolla también en Galicia, Asturias y Cantabria.

El objetivo de la actuación es aprovechar la capacidad reproductora de las hembras a lo largo de varias temporadas o desoves, y no de sólo de un único desove, como ocurriría si se devolviera el ejemplar al río una vez extraídos los huevos. Esto es así porque la práctica totalidad de los salmones muere antes de poder regresar al mar y son casos realmente excepcionales los que vuelven por segunda vez al río. En el caso concreto de Navarra, el fin es poder garantizar la reproducción de los ejemplares multiinvierno (aquellos que han pasado dos inviernos en el mar), ya que sólo entre el 10 y 20% de los salmones que pueblan el río Bidasoa tiene esta edad.

El resto, son ejemplares de un invierno, más pequeños de tamaño y peso. Los salmones seleccionados para permanecer en cautividad se mantienen en condiciones adecuadas y lo más similares posible a las que encontrarían en el medio natural, al tiempo que se les somete a una serie de tratamientos preventivos y de cuidados para que no se vean afectados por enfermedades. Pero, sobre todo, es necesario lograr que vuelvan a comer, como si de nuevo hubieran regresado al mar.

14 MESES EN ORONOZ

La hembra salmón que protagoniza esta información fue capturada el 25 de noviembre de 1999 en el río Bidasoa a la altura de la nasa de Vera de Bidasoa.
Pesaba entonces 4,200 kilogramos y no tenía marca alguna, por lo que se desconoce si procedía de la piscifactoría de Oronoz o del propio río. Sí se pudo determinar que era un ejemplar multiinvierno (más de dos inviernos pasados en el mar), por lo que, probablemente, habría viajado hasta los caladeros de Terranova y Groenlandía antes de regresar a su lugar de nacimiento. En diciembre de ese año fue sometida a un desove artificial, aportando 6.400 huevos.

Pero, a diferencia de sus compañeras, no fue devuelta al río, sino que ha permanecido hasta ahora en un tanque de la piscifactoria de Oronoz, con agua de la regata Zeberia. Como ya se ha indicado anteriormente, los salmones dejan de comer en cuanto abandonan el mar y comienzan a remontar el río hacia sus lugares de reproducción. En este caso, se estima que la hembra habría entrado en el río y, por tanto, habría dejado de comer, entre marzo y junio de 1999. Al menos siete meses después, en enero de 2000, coincidiendo con la época en la que los escasos salmones supervivientes consiguen volver al mar, los técnicos de Medio Ambiente iniciaron su labor para que intentara volver a comer.

El aprendizaje comenzó paseándole una gamba sujeta a una caña de pescar, cada vez más tiempo y más cerca del salmón, hasta que un mes después (3 de febrero) decidió comer el marisco. Una vez que se consiguió que su sistema digestivo funcionara de nuevo (queda atrofiado por el largo tiempo de inanición) el pasado marzo comenzó a recibir pienso fresco de pescado de temporada (caballa, gambas, sardinas, etc.), acompañado de minerales, vitaminas, oligoelementos e, incluso, sustancias antiestresantes para paliar los efectos de la cautividad. Además, se le ha sometido a diferentes tratamientos para evitar enfermedades como la furunculosis y los hongos. Concretamente, fue vacunada en el momento de su captura y, semanalmente, ha recibido baños de sal, de formol y desinfectantes.

Siguiendo su ciclo natural, y conforme se acercaba la época de reproducción, el pasado mes de septiembre volvió a dejar de comer. En octubre, se le proporcionó la compañía de un macho para estimular su maduración sexual. Con tan sólo un pequeño retraso respecto a sus compañeras del río, la hembra salmón puso sus huevos el pasado día 4 de enero. En el momento del desove pesaba 5,150 kg, habiéndose conseguido en esta ocasión 8.714 huevos.

Después de ser fecundados los huevos con esperma de otro salmón multiinvierno capturado este último otoño, los ejemplares obtenidos repoblarán el río Bidasoa a partir del próximo mes de junio, en forma de alevín o jaramugo de primavera (5 ó 6 centímetros), o bien a finales de año, en la fase de pre-esguinces, cuando están a punto de iniciar el regreso al mar. Mientras tanto, el próximo mes de febrero los técnicos de Medio Ambiente iniciarán de nuevo con la hembra salmón el reaprendizaje de la comida. Dados los resultados de esta primera actuación, el Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda tiene previsto repetir la experiencia próximamente con nuevos ejemplares de hembras.

GOBIERNO DE NAVARRA

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