Con más del 60 por ciento del total de personas de entre 15 y 49 años con HIV viviendo en África subsahariana, y 11,4 millones niños huérfanos a causa del SIDA, el efecto en el sector ganadero en la región ha pasado a ser una preocupación real.
El ganado supone una contribución sustancial a los ingresos y la nutrición de cerca del 70 por ciento de las familias rurales en los países en desarrollo, y en África oriental y meridional, por ejemplo, contribuye hasta en un 13 por ciento del PIB, pero proporcionalmente mucho más a la seguridad alimentaria de las familias.
El ganado proporciona ingresos y alimentos en forma de carne, leche y huevos, pero también tiene otras funciones importantes en las granjas, como servir de fuerza de tiro o proporcionar estiércol como fertilizante y fuente de combustible. Sin embargo, con el aumento de la población en edad de trabajar afectada por el VIH/SIDA, cada vez hay menos gente disponible para atender al ganado.
Vender animales para pagar las deudas
Las encuestas a las familias en África subsahariana indican que una vez que agotan sus ahorros, los animales son normalmente el primer bien que se vende para cubrir los gastos médicos o el coste de un funeral. El sacrificio o la venta de animales reduce el tamaño de los rebaños, con lo que disminuye la cantidad de productos ganaderos como leche, huevos, carne y cuero disponibles como alimentos o para la venta. La disminución de los rebaños puede reducir el número de animales de cría, con un impacto negativo en los recursos genéticos animales dentro de una zona o una comunidad.
“En Zambia, un estudio de la FAO demostró que en el pasado era poco frecuente que las familias afectadas por el VIH vendieran una ternera o una vaca lechera, lo que ahora es corriente. Los efectos a corto y largo plazo en los ingresos familiares y en la seguridad alimentaria pueden ser devastadores”, señaló Simon Mack, experto del Grupo de Producción Pecuaria de la FAO.
Al mismo tiempo “en áreas de fuerte incidencia del VIH, los servicios veterinarios ya no funcionan adecuadamente debido al impacto de la enfermedad a nivel del personal y de la preparación”, añadió Mack.
Las mujeres y los niños son los más afectados
Los hombres son normalmente los responsables de cultivar la tierra utilizando animales de tiro, y en general de la gestión agrícola en África subsahariana.
En los lugares en los que los hombres han enfermado o han fallecido a causa del SIDA, las mujeres y los niños pueden no tener los conocimientos, experiencia, tiempo y recursos para hacer las mismas funciones. A veces los niños son apartados de la escuela para ayudar en el campo y en el hogar. La pérdida o la transferencia de vacas y otro tipo de ganado tras la muerte de un varón adulto, debido a la herencia o tradiciones culturales, puede hacer que las mujeres y los niños pierdan completamente estos recursos.
Es evidente que se necesita investigar más a fondo el impacto de la pandemia del SIDA en la producción ganadera y sus consecuencias en las comunidades afectadas, de modo que se puedan desarrollar estrategias para minimizar las consecuencias negativas en las familias y las poblaciones vulnerables y en el propio sector ganadero.
El ganado como parte de la solución
El ganado puede sin embargo desempeñar un papel clave en la disminución del impacto del VIH/SIDA en las comunidades afectadas. Las aves de corral, ovejas y cabras pueden promocionar a los afectados recursos renovables, ingresos y la posibilidad de mejorar su dieta. Estas especies se gestionan con facilidad, son baratas, prolíficas y tienen ciclos de reproducción cortos. Más todavía, muchas mujeres en zonas rurales tienen experiencia con ellos. El ganado pequeño es también más adecuado para las personas ancianas y los hogares que están dirigidos por huérfanos.
Con proyectos sencillos y de bajo coste se puede incrementar la productividad de los pequeños rumiantes a través de la mejora de los establos, piensos y sanidad animal. Sin embargo, es todavía necesario que los agentes implicados en el desarrollo aprecien plenamente la importante contribución que supone el ganado.
FAO