Remitido por ASAJA-Sevilla:
La prohibición del Gobierno de realizar cualquier tipo de fuego en el campo hasta el 1 de noviembre recogida en el Real Decreto publicado el pasado 22 de julio va a afectar considerablemente a algunas actividades para las que el fuego es una herramienta agrícola necesaria para su desarrollo.
Un ejemplo son los productores de varas de castaño de la Sierra Norte de Sevilla, que podrían llegar a perder hasta 300.000 euros, ya que la única forma de preparar estas varas que después se utilizan para la recogida de la aceituna es prender un pequeño fuego que sirve para que se desprenda la corteza.
La preparación y comercialización de las varas de castaño, que se inicia en el mes de julio y culmina en diciembre, es una actividad que se realiza tradicionalmente en Constantina, y de la viven más de 50 familias.
A pesar de que en los últimos años han proliferado las varas de plástico y de fibra, la vara de castaño sigue siendo la más habitual, y desde esta localidad de la Sierra Norte sevillana se venden al resto de la península ibérica.
Prender un pequeño fuego es el único modo de desprender la corteza de las ramas de castaño, ya que a pesar de que existe maquinaria ideada para esta actividad, su coste aún es muy elevado y, además, no se obtiene el mismo resultado.
Por tanto, la prohibición del Gobierno perjudica tanto a los productores de varas de castaño como a otros agricultores que necesitan el fuego para poder desarrollar con normalidad su actividad agraria, por lo que desde ASAJA-Sevilla apoyamos una normativa general de prevención de incendios en la que se incluya la prohibición de provocar fuegos de forma aleatoria, ya que es necesaria para evitar tragedias ecológicas y humanas como las que venimos sufriendo en los últimos años, pero consideramos que esta medida es desmesurada y que no tiene en cuenta las necesidades de los agricultores, al no contemplar ciertas excepciones.
Por ello, desde ASAJA-Sevilla instamos al Gobierno a que regule inmediatamente, de una forma razonable, la prevención de incendios, ya que una norma absoluta y sin matices pone en peligro la continuidad de ciertas actividades agrícolas arraigadas en la provincia de Sevilla, además del perjuicio económico que supone por la pérdida de jornales.
ASAJA-Sevilla