La propuesta de Loyola no solucionará el problema de los apagones

Greenpeace considera que el problema reside en la desidia y falta de voluntad política del Gobierno para hacer frente al disparatado incremento de la demanda eléctrica

Greenpeace considera que Loyola de Palacio, Vicepresidenta de la Comisión Europea y Comisaría de Energía, se equivoca al pensar que el incremento de las interconexiones eléctricas con Francia sería la solución a los apagones que se están viviendo en Cataluña, Valencia, Madrid y otras comunidades autónomas, en estos días de intenso frío.

Para Greenpeace, Loyola de Palacio está haciendo un análisis equivocado y simplista de este problema en particular y de la situación energética española en general. La solución propuesta por Loyola de Palacio de triplicar las interconexiones con Francia claramente favorecería a la compañía monopolística gala Electricité de France (EDF), que intenta entrar en la compañía española Hidrocantábrico, y sin embargo no contribuiría significativamente a paliar el problema energético español. Todo ello sin entrar a valorar el grave impacto ecológico que supondría la construcción de estas grandes líneas eléctricas.

Los apagones que están produciéndose estos días se deben fundamentalmente a dos causas: por un lado, a la negligencia y al mal servicio que prestan las compañías eléctricas, quienes han disminuido en los 4 últimos años sus inversiones en mantenimiento de las líneas de transporte y distribución en un 20%, y, en segundo lugar, lo que es verdaderamente la cuestión de fondo, por el disparatado crecimiento de la demanda eléctrica en los últimos años, debido en gran parte a la desidia del Gobierno, que ha evitado sistemáticamente tomar medidas de ahorro energético y gestión de la demanda para moderar esta situación.

En efecto, en los últimos años, España haya ido disminuyendo progresivamente su eficiencia energética: cada año España gasta más energía por unidad de Producto Interior Bruto. Entre 1985 y 1998 (datos oficiales de IDAE) en España se ha incrementado el consumo energético por unidad de PIB, hasta situarnos en un 14% por encima de la media de la UE, habiendo sido sobrepasados en eficiencia por Francia y Alemania.

Por ello, la propuesta de Loyola de Palacio de triplicar las interconexiones eléctricas con Francia sin apostar antes por una política decidida de ahorro y eficiencia energética es, desde el punto de vista energético, una simplista "huida hacia delante".

Ciertamente, el Gobierno Popular no ha hecho nada por racionalizar la demanda de energía: incluso eliminó en la pasada legislatura el limitado capítulo (5.000 millones de pesetas) dedicado al ahorro energético y gestión de la demanda en la tarifa eléctrica.

"De poco sirve ahora que el Ministro de Economía, Rodrigo Rato, pida que se retrase el encendido de la iluminación navideña para ahorrar electricidad, si el Gobierno lleva años ignorando por completo el potencial del ahorro y la eficiencia energética", declaró Carlos Bravo, responsable de energía de Greenpeace.

Para Greenpeace, el Gobierno, por el contrario, está más preocupado en favorecer a la industria nuclear, prorrogando la vida útil de centrales nucleares obsoletas y peligrosas como Zorita y Garoña. La seguridad de estas centrales está seriamente comprometida debido a los problemas de corrosión que afectan a componentes de las vasijas de los reactores y por una serie de
graves deficiencias en otros componentes fundamentales para la seguridad.

En cualquier caso, es falso que el sistema eléctrico peninsular en España sufra una carencia de potencia eléctrica y por tanto no sea capaz de satisfacer la demanda de electricidad. Al contrario, existe un exceso de potencia eléctrica instalada, incluso considerando un margen de seguridad aceptable. De hecho, la generación de electricidad por medio de la cogeneración y las energías renovables ha ido incrementándose en los últimos años, absorbiendo crecientemente parte de la demanda.

"No hay voluntad política para evitar el despilfarro de energía. Por el contrario, el Gobierno consiente que las compañías eléctricas fomenten abiertamente ese despilfarro de electricidad", añadió Bravo.

Greenpeace

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