La Comunicación para la reforma de la Política Agraria Común (PAC) presentada en Bruselas por el Comisario de Agricultura de la UE, Dacian Ciolos, ha defraudado a los agricultores andaluces, puesto que plantea nuevas exigencias verdes y no resuelve ninguno de los graves problemas que padece la agricultura europea, y muy especialmente la andaluza.
En estos términos se ha pronunciado hoy en Bruselas, el presidente de ASAJA-Sevilla y ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, que ha demandado a la Comisión “un mayor esfuerzo presupuestario para atender las nuevas exigencias medioambientales que plantea este documento y para garantizar la continuidad de una actividad que, en estos momentos está amenazada de muerte, en toda Europa y especialmente en Andalucía, donde en los últimos tres años han cerrado más de 15.000 explotaciones agrarias”.
La Comunicación para la Reforma de la PAC que se ha presentado hoy en Bruselas constituirá la base de los textos legislativos que regularán la política agraria común con la que contaremos a partir de 2014. Andalucía es por su elevado número de agricultores, su extensión, su diversidad agraria, su productividad y por el alto coste que soportan muchas de sus producciones, la comunidad autónoma española que más fondos recibe de la PAC (1.600 millones de euros anuales que llegan a más de 200.000 agricultores y ganaderos) y por tanto una de las regiones que más se juega en esta reforma.
Tal como ha puesto de manifiesto hoy en Bruselas el presidente de ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, “la propuesta de la Comisión no permite acometer los retos que se nos plantean a los agricultores, puesto que el aumento en la volatilidad de los precios y la incertidumbre creada por el cambio climático pone seriamente en entredicho nuestra capacidad para atender las necesidades alimentarias de la población europea y mundial, el mayor bien público de todos cuantos proporciona la actividad agraria y que sin embargo, en la Comunicación presentada hoy por Ciolos, queda muy minusvalorado puesto que plantea restar apoyos a la producción de alimentos al destinar una parte importante de las ayudas que vienen recibiendo los agricultores a las medidas medioambientales”.
En esta misma línea, el secretario general de ASAJA-Sevilla y vicepresidente del Comité Consultivo de Desarrollo Rural de la UE, Miguel Afán de Ribera, aclara que “la única propuesta concreta en la Comunicación de la Comisión consiste en imponer cargas adicionales más costosas a los agricultores europeos, que estamos perdiendo ya cuotas de mercado porque debemos cumplir las normas más estrictas del mundo para garantizar la trazabilidad de los alimentos, la protección del medio ambiente y el bienestar de los animales, lo que nos obliga a sufragar costes mucho más elevados que los que tienen nuestros competidores de fuera de la UE”. Esta falta de reciprocidad en los intercambios comerciales ha llevado a que el número de agricultores haya descendido en un 25% en la última década y a que esté en peligro el relevo generacional y la propia actividad agraria en Europa.
Junto al de la falta de reciprocidad en los intercambios comerciales, el otro grave problema de la agricultura europea es el del reparto de beneficios en la cadena de valor, así en algunos productos como el pan, el precio entre el agricultor y el consumidor llega a multiplicarse por 30, de forma que los agricultores sólo reciben, de media, el 8% del dinero que paga el consumidor final. En este sentido, tal y como indicó Ricardo Serra, “la Comunicación del Comisario Ciolos ha sido decepcionante, puesto que aborda de pasada esta cuestión y no ofrece soluciones”.
La renta de los agricultores ha caído en picado en los últimos años, en el último ejercicio se redujo en un 12 por ciento por lo que es necesario que se adopten nuevas medidas. Así desde ASAJA confiamos en que en las negociaciones que se abren tras la presentación de esta propuesta la nueva ministra del MARM, Rosa Aguilar, tome conciencia de cuánto se juega España en este envite y en la fase que ahora se inicia logremos contar con una PAC sólida, con el respaldo de un buen presupuesto de la UE, con el fin de garantizar el abastecimiento alimentario de los 500 millones de consumidores europeos a precios razonables, salvaguardar el paisaje, mantener el empleo para mas de 28 millones de personas en las zonas rurales, mantener un nivel elevado de biodiversidad medioambiental, garantizar una producción alimentaria segura, que respete normas estrictas en materia de medio ambiente y de bienestar de los animales, así como garantizar una renta justa y razonables a los agricultores.
Para ello desde ASAJA entendemos que esta PAC del futuro debe hacer más hincapié en el papel económico que desempeñan los agricultores mediante la producción de alimentos, así como en la garantía de un mejor funcionamiento de los mercados. Para lograrlo, deben utilizarse los instrumentos de gestión del mercado. Es necesario analizar nuevos instrumentos para lidiar con la volatilidad del mercado, como los contratos, las redes de seguridad y los seguros de riesgo. Sin embargo, dichos nuevos instrumentos deben servir como complemento a las políticas que ya se aplican con buenos resultados, en lugar de sustituirlas. Igualmente, se debe reforzar la posición de los agricultores en la cadena alimentaria.
Asimismo, si se pretende que los agricultores sigan proporcionando los enormes beneficios públicos que representan la salvaguarda del campo y la seguridad del abastecimiento alimentario desde ASAJA apostamos por que se mantenga el nivel de los pagos directos después de 2013. Sin explotaciones agrarias rentables no hay servicios ó bienes públicos algunos.
Del mismo modo, en aras a la mejora de la competitividad, es fundamental que la nueva PAC fomente el acceso a todas las nuevas tecnologías, incluyendo la biotecnología agraria, lo contrario supone añadir una desventaja más en la cuenta de los agricultores europeos frente a los productores de terceros países.
En cuanto a la política de desarrollo rural, importante segundo pilar de la PAC, a juicio de ASAJA, no deberían introducirse grandes modificaciones, puesto que los objetivos actuales y las medidas aplicadas para alcanzarlos siguen siendo válidas, e incluso más que antes. Se da la necesidad urgente de promover una empresa agrícola más sostenible y rentable, capaz de obtener una mejor remuneración del mercado. Esta debería ser la idea que vertebre la política, haciendo hincapié en soluciones que beneficien a todas las partes y que ayuden a obtener una mayor productividad y a desarrollar nuevas salidas, además de a estar a la altura del desafío del cambio climático.
ASAJA