La reapertura de la frontera norteamericana a las clementinas españolas abre un ciclo esperanzador

Ante el levantamiento del injustificado veto impuesto por los Estados Unidos (EE.UU.) a la exportación de clementinas españolas, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) estima que ha llegado el final de un año de grandes pérdidas económicas, en cuanto a la drástica caída de precios, y de intranquilidad entre los agricultores que han llegado a caer en el abuso de ofrecer su producción sin estipular el precio de antemano.

A juicio de la organización agraria, la reapertura de la frontera norteamericana representa el inicio de un ciclo muy positivo para el sector citrícola valenciano ya que las grandes empresas de la distribución europea pierden fuerza en la imposición de precios a la baja, así como también pierden sentido dinámicas comerciales en las que el agricultor entregaba su producción a cambio del precio que saliera posteriormente, sin garantías por tanto de obtener un precio mínimamente aceptable por su producción.

En general, el volumen de producción de la variedad Marisol de esta campaña está resultando ser algo inferior a lo estimado por la Conselleria de Agricultura. En ese sentido, la Marisol ya está casi toda recolectada y, además, viene perfectamente distanciada en cuanto a maduración con la variedad Oroval y, a su vez, esta última también está distanciada de la variedad Clemenules.

«A partir de este momento, tenemos la certeza, basada en una realidad objetiva, de que volvemos a una situación de normalidad y, por tanto, podemos exigir un precio razonable de toda la producción citrícola que queda», manifiesta el presidente de AVA, Cristóbal Aguado, para quien «ya no hay motivos para que siga existiendo intranquilidad, desánimo o prácticas comerciales fuera de las comunes y tradicionales en el sector citrícola valenciano»

Ava

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