La retirada de los fitosanitarios más eficaces deja al agricultor inerme para combatir las plagas

Las consecuencias de esta retirada para el algodón andaluz están siendo catastróficas, la heliothis y el gusano rosado, las principales amenazas del cultivo del algodón, se han hecho resistentes a los tratamientos convencionales y están causando graves daños al cultivo que van a provocar la pérdida del 50% de la cosecha.

En esta situación, y para evitar que el algodonero siga perdiendo dinero, desde ASAJA-Sevilla instamos al consejero andaluz de Agricultura a que promueva en Bruselas la aprobación inmediata de las variedades de algodón transgénicas, las únicas que son inmunes a las plagas, pues se autoprotegen y no requieren tratamientos, lo que conlleva indudables ventajas económicas y medioambientales.

Estas variedades llevan más de 10 años cultivándose en los principales países productores (EE.UU., India y China) y de ellas se obtiene el 80% de la producción mundial de algodón. Sin embargo en Andalucía, región pionera que contó con los primeros ensayos de algodón Bt en Europa a finales de la década de los 90, seguimos sin poder cultivarlo pese a que ya ha invadido nuestros mercados, pues está presente en la mayor parte de las prendas de algodón con las que nos vestimos.

La campaña algodonera de 2008 está siendo nefasta y la producción final puede hundirse a niveles históricos. A juicio de los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla son tres los factores que van a provocar este desastre: la severa reducción de superficie provocada por el cambio en el régimen de ayudas, la imposibilidad de regar adecuadamente el cultivo por la escasa dotación hídrica aprobada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, y sobre todo la elevada infestación del cultivo ante la imposibilidad de atajar las plagas con los métodos convencionales.

En estas circunstancias, la producción andaluza de algodón en la presente campaña puede, por primera vez, bajar del listón de las 100.000 toneladas, una cifra ridícula si se compara con las medias históricas anteriores a la reforma, cuando se recolectaban en Andalucía más de 300.000 toneladas.

Esta campaña se han sembrado en Andalucía 50.000 hectáreas de algodón (de las que casi 47.000 son de regadío), 14.000 menos de las que se sembraron la campaña pasada y 40.000 menos de las que se sembraban de media antes de 2005, año en que entró en vigor el nuevo régimen de ayudas. Esta reducción de las hectáreas de cultivo, en más de 20.000 hectáreas sobre las 70.000 -tope máximo de superficie de siembra que establece Bruselas para nuestro país- lleva aparejada también la pérdida de más de 20 millones de euros en concepto de ayudas a la superficie, que no vendrán a España al no haberse cubierto el tope de 70.000 hectáreas.

Si no se aprueban de manera inmediata las variedades transgénicas de algodón resistentes a las plagas no se podrá mantener una producción mínima que permita abastecer a la industria desmotadora y garantizar el equilibrio del sistema, máxime cuando ya para la próxima campaña la Consejería de Agricultura plantea establecer un rendimiento mínimo obligatorio por hectárea, imposible de alcanzar sin plaguicidas eficaces con las variedades actuales, por lo que desde ASAJA-Sevilla instamos al consejero de Agricultura a promover la aprobación inmediata de estas variedades cruciales para la continuidad del algodón andaluz y español.

Esta situación se hará extensiva en los próximos meses al resto de sectores y cultivos, que también sufren la retirada de plaguicidas básicos que no han sido sustituidos por ninguna materia activa eficaz, con el agravante de que en otros sectores ni siquiera se han desarrollado variedades transgénicas. Así, de las 917 sustancias disponibles en 1993 se va a pasar a menos de 250 a finales de 2008, y si salen adelante las últimas propuestas del Parlamento Europeo de modificación del nuevo Reglamento de Comercialización de Productos Fitosanitarios, las materias activas disponibles se podrían reducir hasta en un 85% para finales de 2010.

El olivar, el arroz, los cítricos y los cultivos hortícolas ven seriamente comprometido su futuro, puesto que la reducción de fitosanitarios provocará una caída en la productividad que reduce la rentabilidad de las explotaciones y pone en peligro la autosuficiencia de materias primas en los países europeos, lo que llevará a una mayor vulnerabilidad de nuestros mercados, sujetos a los altos precios mundiales, y tendrá efectos también sobre el consumidor, pues redundará en un incremento del coste de la cesta de la compra.

Desde ASAJA-Sevilla pedimos al consejero de Agricultura que convoque una mesa urgente con todos los agentes implicados para intentar buscar alguna solución a este grave problema que pone en peligro la productividad de los principales sectores agrarios andaluces y agravará el encarecimiento de la cesta de la compra que ya sufren los consumidores.

ASAJA-Sevilla

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