Para la Asociación Nacional de Productores Agroalimentarios PROAGRO, la decisión del Ministerio de Sanidad al decretar la inmovilización y retirada de todo el aceite de orujo de oliva del mercado ha sido desproporcionada, creando una innecesaria alarma social entre los consumidores de aceite de oliva en particular y entre la sociedad en general, sensibilizada como está por las recientes crisis alimentarias.
A juicio de PROAGRO los productores de aceite de oliva han dado muestras suficientes de responsabilidad al garantizar la seguridad alimentaria en los procesos de producción, transformación y comercialización de los productos. Por tanto, considera alarmista y desproporcionada esta decisión cuando no existe ninguna regulación española o europea que delimite la presencia máxima autorizada de benzopireno, sustancia detectada en las muestras analizadas y que se encuentra en numerosos productos alimenticios al ser sometidos a elevadas temperaturas.
En este sentido, la Asociación Nacional de Productores Agroalimentarios hace un llamamiento a la sensatez de las distintas administraciones, ya que este tipo de medidas crea dudas entre los consumidores acerca de la calidad de los productos agroalimentarios, en este caso el aceite de oliva, y dificulta las exportaciones. Ademas, señalan los responsables del sector del aceite de oliva de PROAGRO, que el aceite de orujo representa aproximadamente el 8% del total de los aceites que se comercializan, lo que equivale a unas 72.000 toneladas.
Esta irresponsabilidad más de la Ministra Celia Villalobos, afirma PROAGRO, puede dar al traste con años de trabajo en las mejoras de la producción y el hundimiento del sector por la desconfianza de los mercados internacionales hacia nuestros aceites que tanto han sufrido de campañas de estancamiento, y con estas decisiones precipitadas y a destiempo pueden desviar las compras hacia terceros países.
PROAGRO