El enfoque adoptado en las negociaciones fue equivocado desde el principio, según la organizacion de la ONU, ya que no tuvo suficientemente en cuenta los intereses de los países en desarrollo y se centró en “el libre comercio, más que en el comercio justo”.
Falta de imparcialidad
Se esperaba que las negociaciones ofrecieran soluciones a las necesidades de los países pobres y los pequeños campesinos, “pero nunca se centraron en estas cuestiones, y como resultado la Ronda de Doha sufrió un colapso, debido a la falta de imparcialidad en su visión, su proceso y los resultados previstos”, según la FAO.
Las negociaciones se centraron en el problema del alto nivel de apoyo presupuestario y de protección de las importaciones en varios países desarrollados. Uno de los tres primeros países del mundo en subvenciones a su agricultura se negó a recortar estas ayudas a un nivel aceptable para los otros, y otro de este grupo de tres se negó también a recortar sus aranceles en un porcentaje considerado suficiente.
Los países desarrollados pedían además que los países en desarrollo abriesen sus mercados antes de aceptar mejores condiciones para sus exportaciones.
Pocas ventajas para los menos desarrollados
Otro factor decisivo en el fracaso de las negociaciones fue que los países en desarrollo tenían poco que ganar en un acuerdo centrado en las necesidades de los grandes países desarrollados. “Los objetivos de la Ronda de Doha eran en gran parte irrelevantes para los países menos desarrollados, que no han visto ganancias en los pasados acuerdos de comercio agrícola promovidos por la OMC”, aseguró la FAO en su comunicado.
“Para que los recortes en los subsidios a la agricultura y los aranceles bajos en los países desarrollados beneficien a los países en desarrollo, tienen que ser aplicados en un contexto que incremente los ingresos de los pequeños campesinos y mejore su seguridad alimentaria”.
Enfoque más participativo
Sin embargo, la FAO considera que hay lecciones que aprender y oportunidades que aprovechar. “Cuando se reanuden las negociaciones, la Ronda de Doha debería pasar a ser una auténtica Ronda del Desarrollo, planteada de una forma más amplia y participativa».
Por un lado, deberá ocuparse de los subsidios domésticos y del acceso a los mercados de forma que no frenen el desarrollo, y por otro «abordar de forma seria de las cuestiones relacionadas con la capacidad de suministro y las inversiones necesarias para que los países menos desarrollados se beneficien de las oportunidades de mercado que conlleva el comercio justo”.
En el mundo de hoy compiten empresas que usan tecnologías modernas y pequeños campesinos que carecen del control del agua y de infraestructura rural básica, según la organización de la ONU.
La FAO trabajará con sus socios para garantizar que el consenso sobre “ayuda por comercio” y las propuestas para alcanzar resultados concretos en el campo del desarrollo contenidas en la Ronda de Doha no se pierdan debido al principio de “todo o nada”, que impide acuerdos sobre temas concretos a falta de un acuerdo global.
FAO