La Fundación Sabor y Salud, entidad sin ánimo de lucro ubicada en Valencia cuya misión es la de fomentar y potenciar el consumo de fruta y verdura, afirma que la sandía es una de las frutas más indicadas para consumir en el periodo estival. El principal argumento que esgrime la Fundación es su alto contenido en agua –cerca de un 93% de su peso es agua- además de las vitaminas y las sales minerales que completan su aporte nutricional. Estas afirmaciones se apoyan en estudios realizados desde el Departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid por las Doctoras Montaña Cámara y María de Cortes Sánchez, quienes definen la sandía literalmente como “un contenedor de agua”, siendo además rica en carotenos, en vitamina C y en potasio.
Una fruta “todoterreno”
No sólo es refrescante y fácil de digerir, sino que proporciona múltiples beneficios al organismo, equiparables a los de otras frutas y verduras juntas. Una rodaja de sandía de 200 gramos (una ración normal) contiene un 200% de la cantidad diaria recomendada de licopeno, un potente antioxidante que ayuda a atenuar el envejecimiento de las células, a prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, como el de próstata. Existen estudios recientes que demuestran que el licopeno también es muy útil en la reversibilidad de la infertilidad masculina. Además, contribuye a prevenir la aparición de la osteoporosis. Al pertenecer a la familia de los carotenoides, tiene importantes efectos en la fotoprotección de la piel.
Por su bajo contenido en grasa, sólo un 0,2%, y su alto poder diurético, la sandía es un complemento muy adecuado en dietas de adelgazamiento.
Por su sabor dulce y su textura crujiente es un “snack sano” especialmente atractivo para los niños, ayudando así a combatir la cada vez más creciente tendencia a la obesidad infantil.
LOBBY Comunicación