Queremos dejar constancia de que la siembra directa es una técnica reconocida a nivel europeo y español como beneficiosa para el medio ambiente, sin la cual estamos convencidos que no se entenderá la agricultura castellano-leonesa y española en el futuro.
Las diferentes asociaciones de Agricultura de Conservación tanto de la región, como la asociación española informan:
- Que en la actualidad hay numerosos términos municipales afectados por esta plaga donde no se hace siembra directa o su empleo es reducido. Y lo que es más relevante, en zonas de amplio empleo de la siembra directa, como Fuentes de Valdepero en Palencia, donde se cultivan más de 2.000 hectáreas de siembra directa (más de dos mil campos de fútbol), apenas ha aparecido esta plaga.
- Está demostrado que la incidencia de esta invasión de roedores es cíclica, y hay que recordar que hace aproximadamente unos 10 años tuvimos la última plaga de topillos en la región, y concretamente en el caso de la ciudad de Valladolid los roedores llegaron a las calles del barrio de Parquesol. En aquellos años no se hacía siembra directa, se araba, y sí se quemaban todos los rastrojos.
- Dudamos que el fuego ejerza un control sobre la plaga por dos motivos, el primero es que todos los animales en cuanto advierten la presencia de humo, huyen; el segundo es que dentro de la galería donde viven los topillos, apenas se percibe el paso del fuego, pues en el caso de la quema del rastrojo, el desplazamiento de la lengua de fuego es muy rápido. Además, los pocos topillos que perecieran por el fuego serían rápidamente reemplazados por otros, debido a la gran capacidad reproductiva que poseen.
- En cuanto a la cuestión de arar para destruir las galerías, es más que rechazable económicamente hablando, sobre todo en los secanos. Al precio que está el gasóleo, los tractores, los neumáticos, etc., el realizar una labor profunda de volteo cuesta mucho dinero, por este motivo entre otros, hay un gran número de agricultores que realizan actualmente un mínimo laboreo o siembra directa. Hay numerosas de parcelas en Castilla y León de una calidad deficiente, en las que no interesaría sembrar haciendo las labores convencionales. Si bien se puede argumentar que la rentabilidad de las parcelas de cereal ha aumentado al subir los precios a los que el agricultor vende los productos, no debemos olvidar que han subido y mucho más en proporción, los fertilizantes y otros insumos.
- Medioambientalmente, quemar y arar es sinónimo de desertificación. Dejar el suelo desprotegido ante los agentes atmosféricos que lo erosionan, situación esta que se agrava en las fincas situadas en zonas de pendiente irregular, donde la desertificación está al acecho. Igualmente, muy negativos serán los efectos sobre la materia orgánica, riqueza biológica, capacidad de retención de agua y mitigación del efecto invernadero de los suelos.
- Estas fincas de pobre calidad, se dejarían de retirada, y si se tuvieran que barbechar a la antigua usanza a base de labores (arar, binar, terciar…) se incurrirían en gastos elevados sin ingresos, es decir, una situación económicamente insostenible.
- Entendemos que el control que se ha hecho mediante cebos envenenados, ha sido deficiente y tardío, por lo que ha ocasionado problemas sobre la fauna, como se ha visto publicado en medios de comunicación.
Por todo lo expuesto, es urgente acabar con esta plaga de una manera rápida y eficaz, de forma coordinada entre las diferentes Consejerías afectadas y encargando la Administración Pública a personal experto tomar decisiones sobre el control de la plaga. De no hacerse así, las consecuencias agronómicas, económicas y sanitarias serán imprevisibles.
Por último, queremos dejar constancia de que el aumento de la adopción de la siembra directa, sin duda alguna favorecerá el incremento de la biodiversidad en Castilla y León, desarrollándose animales depredadores de topillos y roedores, como son las águilas, grajos, etc…, animales que en agricultura convencional han desaparecido.
Asociaciones de Castilla-León