LA SITUACIÓN DE LA AGRICULTURA EN KOSOVO MEJORA – AGRICULTURA Y PESCA

El restablecimiento de la agricultura en Kosovo, un año después de la guerra registra progresos significativos. Lo afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Organización (FAO) en una declaración que se publica hoy. Para la FAO, Kosovo ha pasado a ser una de sus más grandes operaciones de emergencia de todos los tiempos. «Hay buenas razones para ser optimistas respecto al sector agrícola en Kosovo: se han plantado 80.000 hectáreas de trigo, lo que representa solo un 10-12 por ciento menos que en un año normal dice Daniele Donati, representante de la Coordinadora de Emergencia de la FAO en Pristina. «Calculamos una cosecha de unas 240.000 toneladas. El volumen total de necesidades de Kosovo está entre las 350.000 y las 360.000 toneladas, pero Kosovo tradicionalmente tiene déficit de trigo. Teniendo en cuenta que se distribuirán 60.000 tonelada de ayuda alimentaria, solo será necesario importar comercialmente 60.000 toneladas». Desde que la FAO comenzó su actividad en Kosovo, en julio de 1999, se han llevado a cabo tres proyectos a corto plazo y otros quince están en curso, entre ellos la distribución de semillas y fertilizantes, la multiplicación de semillas, vacunación del ganado, reparación de tractores y cosechadoras, así como la repoblación forestal. La FAO ha prestado ayuda de emergencia por un total aproximado de 13,5 millones de dólares, suministrados por los Países Bajos, Estados Unidos, Finlandia, Suecia, Noruega, Luxemburgo, Italia, Reino Unido y Francia. Los refugiados que regresaban a Kosovo habían perdido todo. Sus hogares estaban destruidos, sus enseres robados o quemados, sus campos minados, sus ganados habían desaparecido… Por eso el principal objetivo de la FAO ha sido restablecer la agricultura para poder garantizar un nivel mínimo de ingresos y de alimentos. En octubre de 1999, la FAO coordinó la distribución de trigo de invierno y de semillas de maíz y fertilizantes a unas 70.000 familias, incluyendo a la minoría serbia. Diversas organizaciones no gubernamentales (ONG) se dedicaron también a la distribución de semillas empleando recursos propios. Numerosas familias consiguieron sembrar gracias a una masiva campaña de limpieza de minas. Los problemas de asegurar el abastecimiento interno de semillas así como los de control de la calidad de semillas se afrontan gracias al Plan de Multiplicación de Semillas para las patatas y el trigo y a la creación de un laboratorio de control de la calidad de semillas en Pristina. La FAO trabajando con dos de las mayores organizaciones no gubernamentales ha empezado a prestar ayuda de emergencia para reparar los tractores y cosechadoras dañados. Unos 1.500 tractores y 740 cosechadoras en más de 200 pueblos serán reparados. El proyecto ha sido financiado por Suecia. Este proyecto pretende también estimular la economía local favoreciendo el establecimiento de garajes y de talleres de piezas de recambio en los pueblos. La FAO calcula que el número de cabezas de ganado en Kosovo se ha reducido a la mitad, debido al conflicto armado. La campaña de vacunación lanzada a principios del 200 finaliza ahora y mediante ella el ganado que queda estará protegido contra las epidemias principales. El objetivo era vacunar a más de 200.000 ejemplares de ganado vacuno, a unas 155.000 ovejas y cabras y a 27.000 cerdos. La campaña, llevada a cabo por veterinarios locales, se ha concentrado en la vacunación contra las enfermedades que pueden ser transmitidas a los seres humanos. El proyecto ha sido financiado por el gobierno de los Estados Unidos con alrededor de un millón de dólares. En los últimos diez años la tala ilegal destruyó vastas áreas de bosques naturales en Kosovo. Durante el conflicto, los bosques sufrieron aún más daños y se sembraron además minas. Después de la guerra, los bosques siguieron mermando dado que para muchas personas los árboles representaban la única fuente de leña y de materiales de reconstrucción. Un proyecto de la FAO financiado por Noruega se propone evaluar los daños producidos, identificar las zonas adecuadas para la repoblación y reforzar la capacidad local para administrar el patrimonio forestal. Junto con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la FAO ha establecido una Unidad de Vigilancia de la Seguridad Alimentaria, financiada por el gobierno de Estados Unidos para verificar la situación de la población urbana y rural e identificar las necesidades para su posterior asistencia. Basándose en los resultados positivos obtenidos hasta ahora, la FAO planea la reducción de su asistencia de emergencia y el número de familias campesinas que de ella se benefician podría pasar de 70.000 a 40.000 para finales de año. La Organización ha lanzado un llamamiento para conseguir 17 millones de dólares para ayudar a estas familias hasta finales del año 2000. Al mismo tiempo, la FAO prepara la transición del estado de ayuda de emergencia al de restablecimiento, aportando sugerencias para políticas futuras, recopilando y distribuyendo información y reforzando la capacidad. Un proyecto de 20 millones de dólares, elaborado por el Banco Mundial y por la FAO, aspira a relanzar la economía rural en un período de dos años invirtiendo en ganado vacuno, mecanización agrícola, servicios veterinarios y refuerzo de la capacidad. Hasta ahora este proyecto puede contar con 11,8 millones de dólares estadounidenses.

FAO

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