LA SITUACIÓN DE LA MUJER MEJORA EN EL ÁMBITO RURAL – AGRICULTURA Y PESCA

Según informa la FAO, ha habido un progreso considerable en la promoción de la mujer en las comunidades rurales, pero en muchos países persisten los estereotipos basados en el sexo y la desigualdad en el reparto de los trabajos y las responsabilidades tanto en el hogar como en las actividades de producción económica. Lo afirma la FAO en una declaración que se publica hoy. Los estilos y las prácticas de vida están cambiando paulatinamente, ha afirmado la directora del Departamento de Mujeres y Población de la FAO, Sissel Ekaas, durante la Sesión Especial de las Naciones Unidas para la Revisión de la Conferencia de Pekín Cinco Años Después. » Hay que consolidar y aumentar los logros sociales, económicos y legislativos», agregó. Partiendo de la estrategia «Igualdad de sexos y desarrollo» que tiene en cuenta los papeles de hombres y mujeres en las comunidades campesinas, sus diferencias, sus relaciones y el diferente impacto que en unos y otras producen políticas y programas, la FAO ha adoptado además un enfoque global de la problemática de las diferencias por razón de sexo incluyendo el análisis de los factores socioeconómicos a nivel micro, intermedio y macro. «El marco y el enfoque conceptual nuevos han representado un reto para la FAO a la hora de orientar mejor desde este punto de vista las políticas y sugerencias para hacer frente a las necesidades de la población campesina en los países miembros», subraya Sissel Ekaas. La FAO adoptó el «Plan de Acción para la Integración de la Mujer en el Desarrollo (1996 -2001)», durante su Conferencia de noviembre en 1995. El plan presenta las coordenadas de la Organización para la puesta en marcha de la Plataforma de Acción; un gran resultado de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en septiembre de 1995. En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que tuvo lugar en Roma un año después, los Jefes de Estado y de Gobierno y los representantes de 185 países se comprometieron a fomentar la participación igualitaria de hombres y mujeres y a adoptar legislaciones que garantizasen a las mujeres el acceso y el control de los recursos productivos. Las mujeres representan la mayoría substancial de las personas que trabajan en el campo en los países en desarrollo. «La Cumbre reconoció que el papel de las mujeres campesinas sería crucial en dos objetivos estrechamente ligados: reducir a la mitad para el año 2015 la cifra de 800 millones de personas, víctimas del hambre en el mundo y conseguir que haya alimentos suficientes para los 3.000 millones más de habitantes que tendrá el globo en el año 2030», ha afirmado la subdirectora Kay Killingsworth, consejera especial para la realización de la Cumbre. «En la actualidad la aportación vital de las mujeres campesinas al desarrollo económico y social está muy bien documentada. Ahora tenemos que pasar del conocimiento a la acción, sobre todo eliminando los obstáculos que a menudo tienen que afrontar y haciendo más fácil su contribución, aún mayor, a la producción y a la seguridad alimentaria». Hoy, cinco años después de Beijing, los parlamentos de Hungría, Túnez y Ghana se cuentan entre los que han aprobado planes nacionales de acción para la incorporación de las mujeres campesinas al desarrollo. Otros países miembros, sobre todo países en transición, han comenzado un proceso de revisión de sus planes de acción con la FAO, como organismo que puede facilitarlos. Mientras tanto en los países en vías de desarrollo como en los desarrollados hay cada vez más encuestas y estudios sobre la igualdad entre hombres y mujeres en el mundo rural. Cuando los artífices de la política y de la planificación rural las toman en cuenta, las mujeres pueden aportar mejoras tangibles y sostenibles a la calidad de la vida rural a nivel doméstico, comunitario y nacional. «Por eso la planificación agrícola debe utilizar plenamente los recursos existentes, en particular los representados por los hombres y mujeres campesinos», añade Sissel Ekaas. «Solo entonces habrá una oportunidad de conseguir un desarrollo sostenible de la agricultura, con el objetivo de alcanzar un aumento de la productividad y de la producción global, de asegurar la defensa de los recursos naturales, de incrementar los ingresos, de conseguir nuevos trabajos y de mejorar los niveles de seguridad de los alimentos en los hogares y una nutrición adecuada».

FAO

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