El objetivo es establecer unos indicadores que resulten eficientes, económicos y de fácil manejo para su posterior aplicación en programas de evaluación y seguimiento del grado de alteración de estos ecosistemas fluviales.
Los científicos almerienses son los encargados del sub-proyecto ‘Evaluación de impactos en el funcionamiento de sistemas fluviales: Sierra Nevada’ financiado con 68.000 euros por el antiguo Ministerio de Educación y Ciencia. Dicha investigación se encuadra en un estudio nacional en el que participan cuatro grupos ubicados en diferentes áreas geográficas y climáticas de la Península Ibérica: Cordillera Cantábrica (Universidad del País Vasco), Sierra de Guadarrama (Universidad Autonoma de Madrid), Cordillera Costero-Catalana (Universidad de Barcelona) y Sierra Nevada (Universidad de Almería).
El objetivo general de este estudio, coordinado por Jesús Pozo Martínez, catedrático de ecología de la Universidad del País Vasco, consiste en contrastar hasta qué punto son fiables en los ríos ibéricos una serie de índices funcionales definidos a nivel europeo, ya que debido a la alta heterogeneidad geográfica, geológica, climática y vegetal de la Península Ibérica, sus ríos también presentan un funcionamiento muy heterogéneo.
Para ello, en la primera etapa del proyecto, los expertos de la UAL han analizado, en diferentes escenarios, el proceso de descomposición de la hojarasca que llega a las aguas procedentes de la vegetación de ribera; y cómo este proceso se ve modificado por uno de los impactos más frecuentes en los ríos: el enriquecimiento con fósforo procedente de vertidos (aguas residuales urbanas, ganadería, fertilizantes agrícolas), elemento que acelera la tasa de descomposición de la hojarasca y de la materia orgánica. Comparando las tasas obtenidas en diferentes puntos del río hasta llegar a su desembocadura con las determinadas en los tramos no impactados, como es el caso de la cabecera de los ríos, los científicos han definido una ratio que indique el grado de alteración de las aguas a lo largo del cauce.
En la segunda fase del proyecto, en la cual se encuentran inmersos actualmente los investigadores almerienses, se analizará cómo el proceso de descomposición de materia orgánica es afectado por otro tipo de alteración como es la regulación del caudal, y en concreto, la provocada por los embalses o detracciones de agua para abastecimiento urbano o agrícola. En el caso concreto de este estudio, que se desarrolla en Sierra Nevada, esta alteración viene provocada principalmente por derivaciones de agua mediante acequias.
Los resultados finales, que estarán listos para diciembre del año 2010, pretenden determinar la validez de estos índices para que, si procede, pudieran ser aplicados por los gestores y organismo que se encargan de la evaluación ecológica de los ríos en el ámbito de la Directiva Marco del Agua.
Andalucíainvestiga