La energía verde, producida a base de vegetales, podría ser la solución para miles de explotaciones, por ello, la Unión Europea está estudiando la forma en la que incentivará la siembra de variedades cuyo fin sea la fabricación de bioetanol o biediésel. En septiembre, fijará las ayudas y los límites que supondrán el marco de desarrollo para los cultivos energéticos.
Además, el uso de biocombustibles ayudará a los Estados miembros a cumplir con los requisitos del Protocolo de Kyoto y a ahorrar, en el caso de España, 65 millones de euros en concepto de derechos por las emisiones de CO2.
El Ministerio de Agricultura mantuvo la semana pasada una reunión con las organizaciones agrarias para constituir la Mesa de Biocarburantes. Al encuentro acuderon el director general de Desarrollo Rural del MAPA, Francisco Amarillo, y distintos representantes de Upa, Coag y Asaja.
Carlos Mesa, técnico de la patronal, destacó tras el encuentro que el sector trabaja ahora en dos direcciones. «Por un lado, pretendemos que se aumente el incentivo por hectárea para los productores que opten por destinar sus explotaciones a la producción de energía y, por otro, queremos que se aumente la superficie nacional máxima que se puede destinar a éste fin», afirma Mesa.
En el marco agrario se cuenta con una ayuda de 45 euros por hectárea para los cultivos orientados a este fin mediante contrato. En la reunión, el Ministerio puso de manifiesto que esta cuantía se está negociando al alza con las instituciones comunitarias, por lo que se piensa que se podrían alcanzar los 70-75 euros por hectárea. Mesa cree necesario aclarar que «no se trata de una ayuda, sino de un incentivo porque el beneficio llega a toda la cadena y todavía no hay mercado».
Otra de las demandas del sector en la reunión giró en torno a las importaciones. Los agricultores afirman que deben conocer las reglas que fijará Bruselas en septiembre antes de comenzar a hacer estudios sobre qué porcentaje de materia prima -soja, remolacha o maíz, entre otras producciones- sería necesario traer de otros países y cuál debe ser generado en España. En opinión del técnico de Asaja, «el país debe controlar las importaciones para que se dé preferencia a lo producido aquí, aunque no nos oponemos a la entrada de producciones energéticas del extranjero cuando sea necesario»
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