La Unión Europea ha acordado entablar negociaciones con sus socios euromediterráneos para seguir ampliando los intercambios comerciales de productos agrícolas y pesqueros, tanto frescos como transformados. El objetivo de las conversaciones es lograr una liberalización comercial de grandes proporciones en 2010, tal como prevé la «Declaración de Barcelona», que se firmó en 1995. Las negociaciones abarcarán todos los productos y aspectos no comerciales, como el desarrollo rural, las barreras técnicas al comercio, cuestiones sanitarias y la política de calidad. Asimismo se prestará atención a la especial sensibilidad que tienen determinados productos en la UE y en los países euromediterráneos.
Mariann Fischer Boel, Comisaria de Agricultura y Desarrollo Rural, afirmó lo siguiente: «La liberalización comercial es una de las prioridades de nuestra política europea de vecindad. La liberalización de los intercambios comerciales agrícolas será muy beneficiosa para ambas partes y ayudará a aumentar el crecimiento, crear puestos de trabajo y fomentar las inversiones. Ni que decir tiene que tendremos que avanzar gradualmente y tener en cuenta las genuinas sensibilidades de determinados productos.»
Joe Borg, Comisario responsable para la Pesca y Asuntos Marítimos comentó: “La liberalización del comercio de productos marítimos ofrecerá ventajas económicas y permitirá fortalecer la cooperación en asuntos de pesca de manera sostenible en el Mediterráneo».
En un esfuerzo por potenciar el proceso de Barcelona, los ministros euromediterráneos de Asuntos Exteriores acordaron en mayo de 2005 recomendar la aprobación de un plan de trabajo con el que alcanzar un elevado grado de liberalización recíproca de los intercambios comerciales en los sectores agrícola y pesquero, incluidos aspectos no comerciales.
Evidentemente, este proceso debe ser progresivo para facilitar la adaptación de los diferentes socios al libre comercio. Asimismo, las negociaciones deben tener en cuenta los principios básicos de la política europea de vecindad, entre ellos la ejecución eficiente de sus planes de acción, que podrían abarcar actividades no comerciales o medidas complementarias que se podrán financiar mediante el futuro instrumento de la política europea de vecindad.
Es oportuno concluir las negociaciones en un plazo que haga posible la entrada en vigor de los acuerdos revisados, preferiblemente el 1 de enero de 2007. De este modo se podrían realizar los ajustes necesarios durante un periodo de transición razonable, con el fin de conseguir la liberalización comercial en 2010, como prevé el proceso de Barcelona.
El proceso iniciará su andadura de la mano de altos funcionarios en la primera reunión del Comité de seguimiento del plan de trabajo euromediterráneo sobre agricultura, que se celebrará en Bruselas el 14 de noviembre.
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