LA UNIÓ califica 2008 como un nuevo año negativo para los agricultores y ganaderos valencianos

Hay que tener en cuenta de nuevo este año, tras repetirse la tónica de los anteriores, los elevados márgenes comerciales entre origen y destino que siguen sin ser tenidos en cuenta por las Administraciones Públicas (el Observatorio de Precios estatal no cumple con su función y el autonómico ni tan siquiera funciona), el continuo retraso en el pago de las ayudas agrarias o el creciente aumento de las importaciones que hace que la preferencia comunitaria sea ya una mera anécdota.

Precios bajos se han dado en la mayor parte de sectores donde destacan los del vino, el aceite o los frutos secos, entre otros. Por lo que se refiere a los cítricos si 2007 supuso un repunte en los precios motivado fundamentalmente por la escasa cosecha, la primera parte de la actual campaña es muy nefasta para los productores con precios muy bajos en el mejor de los casos, lo que hace prever una campaña muy complicada. No salen mejor parados los sectores ganaderos pues el incremento de costes de producción como el pienso y la falta de capacidad de los productores para trasladar los mismos en los precios de venta de la carne ha provocado una situación grave en el sector ganadero valenciano con un abandono creciente de explotaciones.

Ante esta crisis de los agricultores y ganaderos valencianos, LA UNIÓ no se ha quedado de brazos cruzados. El final de este año LA UNIÓ convocó dos actos de protesta (1 de diciembre en Valencia ante la Conselleria de Agricultura y 12 de diciembre frente al Ministerio de Medio Rural en Madrid) ante la pasividad de los Gobiernos para frenar la crisis, lo que augura un 2009 repleto de movilizaciones para exigir el mismo trato hacia el sector agrario que el que se le proporciona a otros sectores económicos. No se debe olvidar que el sector agrario, además de crear riqueza económica con la producción de alimentos sanos y de calidad, es importante socialmente pues vertebra el territorio, mantiene el paisaje y fija a la población en las zonas rurales.

En cuanto a reformas cabe destacar la aprobación del “chequeo médico de la PAC” que supone al final nuevos recortes de las ayudas directas, la potenciación de la liberalización y de los desacoplamientos y la eliminación de los mecanismos de regulación. También ha entrado en vigor la aplicación de la reforma de la OCM del vino, un sector donde sus productores siguen vendiendo baja la uva, en la que entran en liza las disputas regionales para el reparto de los fondos o la aplicación del pago único en las frutas y hortalizas, con especial relevancia de los cítricos por ser el sector más importante del sector agrario valenciano. En estos temas relacionados con la política europea cabe mencionar los avances en el acuerdo hacia un estatuto avanzado entre la Unión Europea y Marruecos, algo que será sin duda a la larga lesivo para los intereses de los productores valencianos de frutas y hortalizas.

Las modificaciones fiscales aprobadas por el Gobierno tampoco son suficientes para frenar la crisis del campo valenciano. Existen muchos olvidos e incluso en algunos cultivos se han quedado por debajo de las expectativas, algo que provoca que la mayor parte de agricultores y ganaderos de la Comunitat Valenciana paguen impuestos sobre pérdidas.

Este año 2008, a punto de concluir, es especialmente triste para LA UNIÓ pues ha visto como dos de sus secretarios generales fallecían. El pasado 17 de febrero nos dejaba el que era secretario general de LA UNIÓ, Joan Brusca, que fue sustituido por Josep Botella al frente de la organización; mientras que más recientemente, el 27 de octubre, nos abandonaba Lucio Monteagudo, secretario general de la organización desde octubre de 1998 hasta febrero de 2001.

Como puntos positivos de 2008 cabe destacar una nueva edición del proyecto de contratación de trabajadores para las diferentes campañas agrícolas y la inauguración de un alojamiento permanente de temporeros, Casa Brusca, en la localidad de Casas de Utiel. Destacar también la creación de una nueva organización profesional agraria de ámbito estatal, la Unión de Uniones -donde participa la Unió de Llauradors- y que nace con más de un 30 por ciento de representatividad pese a que desde el Ministerio de Medio Rural ni tan siquiera se ha accedido a reunirse con ella.

LA UNIÓ

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