Nota de La Unió-Coag
La Unió afirma que a la actual crisis cabe sumarle que durante las últimas campañas el sector también sufrió pérdidas por bajos precios en el campo, a excepción de la campaña 2001 en la que una helada provocó una merma en la cosecha con el consiguiente aumento de los precios.
La Unió señala que mientras el agricultor percibe por su cosecha un precio que sólo cubre los costes de producción y no obtiene beneficio alguno para poder subsistir e invertir en la próxima campaña, el consumidor está pagando por el mismo kilo en los supermercados una media de “0,60” céntimos de euro, es decir “siete” veces más.
Para Joan Brusca, secretario general de La Unió, “es la misma situación que venimos denunciando desde hace tiempo y para todos los productos agrarios, la distribución es la única que se beneficia del buen hacer de nuestros agricultores”. Como consecuencia de estas continuas crisis de precios que están padeciendo los productores valencianos de este tubérculo, La Unió reclama una serie de medidas compensatorias para los agricultores con el fin de que sus costes de producción sean más bajos y poder compensar el actual beneficio cero que se tiene como consecuencia de la equidad entre costes productivos y precio de venta.
En este sentido La Unió exige la inmediata puesta en marcha de una ayuda directa al agricultor por kilo que entre en el almacén en el caso de que el precio en campo sea inferior a los costes de producción, la continuidad de módulo cero en el IRPF del próximo año y una moratoria de seis meses en los pagos a la Seguridad Social.
Según Joan Brusca “esta es la única forma por la que los productores podrán verse compensados e invertir en la próxima cosecha y tener un ligero beneficio para poder mantener a sus familias, ya que la Administración continua sin poner coto a los alarmantes beneficios de la distribución”.
Brusca dice que “los consumidores compran patatas durante todo el año procedentes de otros países de la UE y de países terceros como Egipto a unos precios que se sitúan entre los 40 y los 60 céntimos. Cuando llega la época de las patatas valencianas a los primeros que se aprieta es a los agricultores pagándoles unos precios de miseria. Lo más graves es que el consumidor eso no lo nota en el precio de compra y piensa que los agricultores reciben unos precios justos”.
Unió-Coag