Mientras esto ocurre LA UNIÓ señala que los costes de producción tanto en concepto de mano de obra como en los materiales empleados para la reestructuración de las viñas (postes, alambres, etc.,) ha subido de forma importante en los últimos meses, casi un 100 por ciento según todas las fuentes consultadas.
LA UNIÓ indica en primer lugar que los agricultores han visto como la subvención por reestructuración de la viña se ha rebajado desde la Comisión Europea este año al 50 por ciento de la inversión en lugar del 75 por ciento que era la cantidad contemplada hasta la fecha.
Esta circunstancia se suma a las discrepancias que se van a producir entre la superficie declarada para la reestructuración de la viña de los años 2000-2002, donde se tomó como referencia la que constaba en catastro y la que se va a seguir a partir de ahora con la aplicación del SIGPAC, pues éste es el sistema que se toma como base desde este año para pagar las ayudas de reestructuración.
El problema con el SIGPAC surge porque únicamente se tiene en cuenta la superficie arable, detrayendo parte de la superficie de las parcelas que son indispensables para su laboreo fruto de la mecanización del cultivo. En resumen, la superficie que consta en SIGPAC es bastante inferior a la que aparece en catastro e incluso en el Registro Vitícola. Según LA UNIÓ, el resultado final es que se van a cobrar menos ayudas por la misma superficie declarada entre 2000-2002.
LA UNIÓ demanda en este sentido que las ayudas a la reestructuración de la viña se paguen en virtud de lo que se solicitó durante el período 2000-2002 y que la Conselleria de Agricultura complemente también el porcentaje de subvención que Bruselas dejará de financiar desde este año. Para ello ha solicitado una reunión con el Secretario Autonómico de la Conselleria de Agricultura, Vicente Riera, con objeto de analizar toda esta situación que ha provocado un gran malestar entre los productores de vino de la Comunitat Valenciana que se consideran paganos de las decisiones de políticos o técnicos que tienen nula sensibilidad hacia el sector agrario.
UNIÓ-COAG