Los agricultores y ganaderos van a tener a partir de ahora un incremento de dos puntos en la adquisición de los inputs (al pasar el IVA del 16% al 18% y del 7% al 8%), facturas que el agricultor y ganadero no podrá repercutir y, por tanto, el aumento del IVA va a suponer una elevación preocupante de los costes en la actual situación de grave crisis de rentabilidad del sector agrario, donde sin duda ha tenido mucha responsabilidad el alza de los costes de los últimos años.
Gran parte de ese aumento de costes directos en el campo por el IVA se va a dar en los medios de producción necesarios para producir como son los fertilizantes (abonos) y fitosanitarios, la electricidad para riego y granjas, la compra de maquinaria agrícola, semillas, plantas, piensos o plásticos.
La Unió solicita que se estudie que los inputs más empleados en el campo tengan un IVA superreducido (4%) al tratarse de un sector estratégico en función de su producción y suministro de alimentos, el mantenimiento de la población en las zonas rurales y el cuidado del medio ambiente o la preservación del paisaje y son los productores los que, al final, soportan todas las medidas de este tipo porque no pueden repercutirlas en la venta.
La Unió señala que al mismo tiempo que se va a incrementar el tipo de IVA se regula también la compensación del IVA que reciben los agricultores y ganaderos por la venta de sus producciones, pero con una clara diferencia respecto a otros sectores. Para el agricultor y ganadero será un ingreso por el que deben tributar a la Hacienda Pública sin posibilidad de repercutirlo en la venta de sus productos, mientras que el intermediario que adquiere esas producciones sí lo podrá -y a buen seguro lo hará- repercutir a sus clientes.
La mayor parte de los agricultores y ganaderos están en el Régimen Especial de IVA y por tanto no hacen balances trimestrales, por lo que no podrán compensar con la venta de sus productos el mayor IVA pagado por los medios de producción.
La Unió