Las estimaciones indican que la cosecha en la Comunitat Valenciana podría reducirse entre un 25 y un 30 por ciento respecto a la pasada en un contexto de descenso generalizado en el resto de zonas productoras del Estado.
La previsión inicial de la campaña era buena porque los árboles tenían las suficiente horas frío para ofrecer una producción idónea tanto en calidad como en cantidad. El retraso en la floración, con una media de unos veinte días, provocará un retraso en la recolección de las variedades tempranas que podría hacer que se solaparan con las de media estación.
Del mismo modo, las heladas de marzo y el pedrisco de mayo han afectado en mayor o menor medida a la producción de algunas zonas, así como la persistencia de lluvias que ya provoca fruta con “clavillado”.
LA UNIÓ indica que el retraso en la recogida de la fruta por la floración y la acumulación de fruta en pocos días podría provocar una congestión de los mercados y un precio bajo para los productores.
Por especies, en melocotón y nectarina, las heladas de principios de marzo afectaron a las variedades tempranas, lo que ha provocado que en las zonas más frías no quede casi producción. El resto de variedades, al ser más tardías y tener una floración más retrasada, no han tenido demasiada afección por la helada.
En albaricoque, gran parte de las variedades más tempranas se han visto afectadas por las heladas de marzo porque ya estaban en plena floración. En las variedades de media estación, por efecto de las heladas, la producción será muy escasa. La variedad Tadeo, de momento, no presenta problemas.
Por lo que se refiere al ciruelo se espera que la producción sea muy buena, ya que cuando se produjeron las heladas todavía no había mucha floración y no se ha visto afectado. En este sentido, se observa una elevada producción y por tanto habrá un incremento importante de los costes de aclareo y, seguramente, una reducción de los calibres.
La Unió