LA UNIÓ señala que esta guerra de precios entre los diferentes supermercados da la razón a nuestras continuas denuncias sobre los amplios márgenes que disfrutaban y pone de manifiesto que sí existe por tanto la posibilidad de bajar precios y repartir los beneficios entre todos los eslabones que participan en la cadena agroalimentaria.
LA UNIÓ apuesta por un sistema que garantice un reparto equilibrado de los ingresos para todos, es decir, que los productores obtengan unos precios dignos que cubran los costes de producción, que los consumidores paguen unos precios justos y no desorbitados como hasta ahora y que los supermercados y grandes cadenas de distribución ganen también pero sin abusar de las otras dos partes.
Según LA UNIÓ el Gobierno de España y la Generalitat deben intervenir urgentemente en este asunto para fomentar la transparencia en los mercados y legislar de una vez por todas con una Ley de Comercio.
«Es inaceptable que se nos diga que no hay tanto margen de beneficio en las cadenas de distribución y ahora se descuelguen todas con un descenso de los precios de los productos de entre un 20 y un 40 por ciento según han dicho ellas mismas. Si no se legisla ahora ya no sé cuándo se pretende hacer», señala Josep Botella, Secretario General de LA UNIÓ.
LA UNIÓ también cuestiona la masiva presencia de marcas blancas en los lineales de los supermercados porque con ellas se obliga a los proveedores a bajar sus precios, lo que en definitiva repercute en los agricultores y ganaderos a los que se les presiona para reducir las cotizaciones de sus productos.
En este sentido, LA UNIÓ indica que se detectan en estos momentos presiones por parte de las cadenas de distribución y empresas para lograr un recorte en los precios pactados de antemano por los productos agrarios, en una especie de chantaje porque si no se aceptan estas condiciones leoninas se puede perder cuota de mercado. «Al final, y como siempre, las grandes cadenas de distribución y grandes empresas comercializadoras tienen la sartén por el mango, hacen y deshacen a su antojo, como se comprueba ahora en la actualidad con la campaña citrícola donde se pretenden hacer renegociaciones de precios a la baja», afirma Josep Botella.
LA UNIÓ
La UNIO contra la economía del individuo, podría titular este artículo. La competencia en la cadena agroalimentaria produce dos efectos sobre el consumidor: 1º vender a mejor precio y 2º vender mejor calidad. El precio se decide después de manejar información concerniente al mercado. Nadie, excepto las dictaduras totalitarias, decide arbitrariamente sobre el precio de los bienes y servicios.