LA UNIÓ cree necesario lograr acuerdos de comercialización conjunta entre los diversos operadores comerciales para evitar los fuertes condicionantes que imponen las grandes cadenas comerciales. Pero también la consecución de compromisos firmes para que no se comercialice ningún cítrico que no tenga un precio fijado desde el campo, tal y como se venía haciendo históricamente hasta aproximadamente cuatro campañas, y que cubra, al menos, los costes de producción para que se erradique la práctica perversa de adquirir la materia prima sin coste alguno para el comercializador.
La disminución de cosecha de un 25% es la tercera más importante desde que existen estadísticas oficiales de producción, tras la 96-97 y la más reciente de la campaña 2005-2006 con las devastadoras heladas que afectaron a las zonas productivas. Para la campaña actual 2007-2008 se espera una cosecha de 3.189.928 toneladas, en la campaña 2005-2006 el balance fue de 3.002.974 toneladas y la media de las últimas campañas es de unas 3.600.000 toneladas.
Este importante descenso en la cosecha debería conllevar en buena lógica un aumento de los precios en el campo, aunque según LA UNIÓ las recientes experiencias de las últimas campañas hacen optar por la prudencia a la hora de valorar ya el posible desarrollo de la campaña. Lo que sí se puede es trabajar con una serie de medidas para lograr una correcta evolución de la campaña y en este sentido LA UNIÓ pide la recolección de las variedades en el momento óptimo, efectuar los envíos de forma escalonada y aconseja a los agricultores mantenerse firmes a la hora de negociar un precio más alto que el de anteriores campañas.
Joan Brusca dice que “el conjunto de la citricultura debe ser consciente de estas premisas y actuar con cautela porque hay menos materia prima para hacer frente a la comercialización. Hay que hacer todo lo posible para que la campaña citrícola concluya con beneficios para todos los estamentos, desde el productor hasta el comercializador”. Brusca indica que “hay que aprender de los errores y ser capaces de gestionar el desarrollo de la campaña con inteligencia, diligencia y total profesionalidad; no se pueden cometer los mismos errores de las tres últimas campañas, en la que destacaron negativamente los precios ruinosos para los productores y los tratos bajo la fórmula de a comercializar”.
LA UNIÓ-COAG