Los últimos datos indican que el precio que perciben los ganaderos por sus animales en lonja cae en picado hasta situarse en una cifra media de 2,44 euros/kg en el peso estándar mayoritario de 19 a 23 kg, lo que supone más de un 20% menos de lo que se pagaba en los primeros meses de este mismo año. Sin embargo, la situación contrasta con las cotizaciones en tiendas donde los consumidores llegan a pagar entre 6 y 14 euros/kg dependiendo de la parte del animal que se comercialice.
El descenso en la demanda de la carne de cordero debido al retroceso en el consumo y a la crisis económica en general, junto a un aumento de las importaciones y de los costes de producción (el pienso y el forraje se encarecen sin cesar), ha hundido a un sector importante para las zonas desfavorecidas y de interior donde existen desafortunadamente escasas alternativas de viabilidad económica. Los datos económicos de 2008 y 2009 ponen de manifiesto que el declive en el sector se acelera peligrosamente hacia un umbral crítico en el que el deterioro del sector puede que no tenga marcha atrás, sin darse cuenta que cumplen un papel muy importante de carácter medioambiental.
La media de consumo de carne de ovino en el ámbito mundial es de 86 kg/habitante y año, mientras que en la Unión Europea ha descendido a sólo 2,5 kg/año. Por ello desde LA UNIÓ se reclaman actividades de promoción de la carne de cordero para reactivar la demanda.
Así mismo, se detectan importaciones masivas de carne congelada procedentes de Nueva Zelanda o Sudamérica, situación que se agravará con la mejora del acuerdo de libre cambio entre la UE y Mercosur. La Unión Europea sigue sin tener claro que los estándares de calidad y de seguridad alimentaria de los productos de origen ovino de aquí son claramente superiores a los importados.
Junto a todas estas cuestiones, los productores de ovino observan con preocupación el desacoplamiento de las ayudas en el sector en vigor desde febrero de este año y augura nuevos cierres de explotaciones aún por cuantificar, sobre todo aquellas cuyo titular tenga una edad avanzada o con un pastor al cuidado del ganado. Se desacoplan todas las primas tomando como referencia los derechos que tenía cada ganadero en 2008, excepto las causas de fuerza mayor (problemas sanitarios, lengua azul, etc.,) en los que se podrá coger como referencia el año 2007. A partir de ahora se cobra sin la obligación de producir o tener animales, pudiéndose justificar simplemente con hectáreas de cualquier sector incluido en el régimen de pago único.
El desacoplamiento de las ayudas puede venirle bien a un ganadero a punto de jubilarse pero no a una persona joven que quiere seguir en el sector, estas políticas lo que hacen es desmantelarlo todo y fomentar la no producción de los profesionales, cuando la agricultura y la ganadería deberían estar vinculadas a la producción.
La Unió