LA UNIÓ denuncia que las reducciones fiscales para el sector agrario valenciano son una ‘burla’

Nota de LA UNIÓ-COAG
LA UNIÓ-COAG denuncia que la reducción de los índices de rendimiento neto aplicables en la declaración de la renta del periodo impositivo de este año para las actividades agrícolas y ganaderas afectadas por diversas circunstancias excepcionales en 2006, publicada el pasado lunes en el BOE, son una “auténtica burla” al no tener en cuenta a numerosas producciones y municipios que se vieron perjudicados durante el pasado año por adversidades climáticas y crisis de precios en la Comunitat Valenciana y confía en una posterior rectificación.
La única reducción con carácter general para toda la Comunitat Valenciana se dan en los cítricos, pero es totalmente insuficiente porque no refleja el nivel actual de ingresos del sector y hubiera sido necesario establecer un módulo cero para la peor campaña de la historia de los productores citrícolas valencianos.
LA UNIÓ-COAG cree que las reducciones fiscales del Gobierno están muy alejadas de la realidad que viven los agricultores y ganaderos valencianos que obtuvieron una renta muy por debajo de los costes de producción. En este sentido, LA UNIÓ cree que “somos una de las comunidades autónomas más perjudicadas en esta reducción de los índices para aligerar la carga fiscales de nuestros agricultores y ganaderos que están atravesando una fuerte crisis, ante unos módulos que no se adecuan ni por asomo a la realidad de los ingresos del sector. Parece que los informes presentados por Conselleria de Agricultura o Delegación del Gobierno en Madrid los haya hecho nuestro peor enemigo, porque no tienen ni pies ni cabeza”.
En este sentido, LA UNIÓ critica que ni el Gobierno, a través de un informe general presentado por COAG sobre daños en las producciones agrícolas y ganaderas valencianas; ni la Delegación del Gobierno, mediante otro escrito remitido el pasado 13 de abril, han hecho caso a las demandas de esta organización agraria. Así, LA UNIÓ ha remitido hoy un escrito urgente al Delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Antonio Bernabé, para que traslade al Ministerio de Economía y Hacienda la necesidad de realizar una revisión a fondo de producciones agrícolas y ganaderas y términos municipales afectados por alguna circunstancia excepcional del pasado año y sean incluidos en una modificación posterior de la Orden con objeto de evitar problemas y malestar entre los perjudicados.
LA UNIÓ no comprende como la única reducción de los módulos en hortalizas sea en la lechuga producida en Xirivella, cuando la sequía y las heladas del pasado año afectaron a muchas explotaciones de hortalizas -y patatas- de las tres provincias.

Tampoco se entiende que la reducción en el olivo se centre exclusivamente en la localidad de Cofrentes, la cereza únicamente en Planes, el albaricoque en Pinoso y que la reducción en cereales y leguminosas se ubique exclusivamente en la provincia de Valencia. LA UNIÓ señala que los daños y pérdidas de producción y renta en todos estos cultivos se extendieron a lo largo de toda nuestra geografía.
De este modo, LA UNIÓ echa en falta reducciones de módulos en sectores y zonas importantes como por ejemplo hortalizas; fruta y caqui en las Riberas; la cereza en la zona de la Montaña de Alicante; uva de mesa en las zonas productoras de Alicante y Valencia; arroz en los marjales valencianos; viña, olivo o frutos secos y cereales en toda la Comunitat. Todos son sectores que han tenido importantes pérdidas provocadas directa o indirectamente por la sequía de 2006, así como por varios siniestros de pedrisco, helada e incluso viento. Además estas incidencias se han visto agravadas por la crisis de precios que viene atravesando el productor valenciano y que está llevando a que ahora tengan que pagar impuestos sobre pérdidas.
Tampoco se ven reflejadas las pérdidas que han tenido durante el año 2006 los ganaderos valencianos y que por el contrario se tienen en cuenta en otras comunidades autónomas. No hay por tanto reducción de módulos para los apicultores valencianos que han sufrido de primera mano la sequía durante el año pasado o el síndrome del despoblamiento, o los ganaderos de ovino-caprino y de vacuno, que aparte del aumento de costes para alimentación derivados de la sequía ante la ausencia de pastos, han sufrido una grave crisis de precios. Tampoco se ha tenido en cuenta a los ganaderos avícolas que a consecuencia de las crisis de la gripe aviar han visto como sus rentas han menguado de forma considerable.

LA UNIÓ-COAG

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