El Parlamento Europeo ha solicitado así a la Comisión Europea que proponga medidas adecuadas, incluidas las de carácter regulador, para proteger a los consumidores, a los trabajadores y a los agricultores de los abusos por parte de la posición dominante o de impactos negativos constatados en el curso de esta investigación.
Esta demanda del Parlamento Europeo es una reivindicación de LA UNIÓ, quien ha denunciado en reiteradas ocasiones ante este mismo foro comunitario el abuso de poder que ejercen unas pocas centrales de compra. De hecho los últimos datos conocidos señalan que sólo en España las 10 primeras cadenas de distribución alimentaria superan el 67 por ciento de la facturación total del sector y si ascendemos a las 50 suman casi el 91 por ciento.
El Parlamento Europeo reconoce al fin, tal y como ha expuesto en repetidas ocasiones LA UNIÓ, que la venta al por menor está cada vez más dominada por un número reducido de cadenas de supermercados y que estos minoristas se están convirtiendo en controladores del acceso real de agricultores a consumidores de la UE. Con estos antecedentes reconoce que existen elementos de juicio que indican que grandes cadenas de supermercados abusan de su poder de compra para presionar a la baja los precios pagados a los proveedores hasta niveles insostenibles e imponerles condiciones injustas.
En este sentido lo que pide el Parlamento Europeo, al igual que ha venido demandando LA UNIÓ desde el año 2003, es que se armonice la legislación a este respecto dentro de la UE, pues ya algunos Estados han introducido disposiciones nacionales con el objetivo de limitar tal abuso, pero considerando que los grandes supermercados operan cada vez más a través de las fronteras nacionales, lo que hace conveniente una legislación de la UE más armonizada.
Miquel Oltra, vicesecretario general de LA UNIÓ afirma que “por fin las instancias comunitarias se hacen eco de nuestras reivindicaciones de hace años, donde hemos afirmado de forma tajante en numerosas ocasiones que esta elevada concentración de supermercados perjudica, por un lado a los agricultores y por otro a los consumidores, al imponer unos márgenes comerciales que no se corresponde con la realidad de los precios que venimos percibiendo los agricultores y ganaderos, mientras que por la otra parte, los consumidores están pagando unos precios desorbitados.
Oltra dice que “no hay más que observar como durante los últimos meses los precios de los productos básicos de la alimentación se han encarecido de forma alarmante para los consumidores, mientras los productores seguimos percibiendo por estos mismos productos unas cotizaciones que en muchas ocasiones no llegan siquiera a cubrir nuestros precios de producción”.
LA UNIÓ-COAG