La aplicación estricta de la normativa, que no contempla la especificidad de manejo y comportamiento de las reses de lidia, ha originado incontables dificultades a los transportistas, y la trasposición de la normativa europea, en este momento en fase de redacción y que prevé restricciones aún mayores, podría llegar a significar la total paralización de la actividad taurina.
El mencionado documento detalla las trabas que padecen los transportistas como consecuencia de la aplicación de dicha normativa no específica, y por tanto inadecuada, para este tipo de animales, haciendo referencia a la exigencia de instalación de comederos y bebederos en los camiones, la limitación de temperatura máxima en los transportes, la regulación de las paradas durante el viaje y horarios estrictos para los embarques y desembarques de las reses, así como a las enormes dificultades para cumplir con las indicaciones sobre desinfecciones en fines de semana o la localización de veterinarios de guardia.
También se ha hecho entrega a Santiago Lanzuela de un informe veterinario, firmado por el profesor Antonio Gómez Peinado, en el que, basándose en estudios contrastados, se recomienda que el transporte de ganado de lidia se realice evitando paradas, que el embarque se produzca a primeras horas de la mañana y que el desembarque se lleve a cabo de forma inmediata al llegar a destino. Estos aspectos son importantes para evitar problemas en la integridad y en el comportamiento de las reses.
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