La proliferación masiva de cianobacterias productoras de toxinas en el medio acuático, denominadas cianotoxinas, es un problema sanitario cada vez mayor a nivel mundial, estimándose que el 25-75% de las mismas han dado lugar a episodios tóxicos. Aproximadamente unos 40 géneros de cianobacterias están implicados en la producción de cianotoxinas, que pueden clasificarse según sus efectos producidos sobre los sistemas y órganos a los que pueden afectar.
Entre todas ellas, los dos grupos de toxinas claramente identificadas como un riesgo tóxico para humanos son las Microcistinas (MC) y Cilindrospermopsinas (CYN). Las primeras son de las cianotoxinas más frecuentemente implicadas en los episodios tóxicos, y por ello existe una considerable bibliografía científica sobre las mismas.
Sin embargo, CYN y sus epimeros son prácticamente desconocidas, las investigaciones llevadas a cabo son muy escasas. Esta toxina ha sido el agente causal de intoxicaciones tanto en humanos (Australia, Brasil) como en ganado. Se aisló por primer vez de un cultivo de Cylindrospermopsis raciborskii, obtenido de la reservas de agua de bebida que surtían a la poblacion de Palm Island, en Queensland (Australia).
“La transferencia de esta toxina en moluscos está demostrada, afectando a la calidad y seguridad de este tipo de alimentos y suponiendo un riesgo potencial para el consumidor. Sin embargo, la bioacumulación de CYN en peces es completamente desconocida”, aclara la investigadora.
El grupo de la Hispalense evaluará los niveles tóxicos en aguas y tejidos de peces tras una exposición aguda y de dosis repetidas entre dos y tres semanas. Asimismo, valorarán las posibles afectaciones mediante estudios histopatológicos, con el objeto de establecer las relaciones dosis-efecto. “Tras un periodo de depuración de los peces intoxicados, al menos 14 días, valoraremos cambios en el grado de bioacumulación junto a la posible recuperación de los efectos tóxicos inducidos por la toxina”, prosigue.” Estos estudios de bioacumulación nos permitirán profundizar en la evaluación del riesgo tóxico por consumo de pescados proclives a estar contaminados por CYN, ya que servirán de base para el establecimiento de niveles guía adecuados, teniendo en cuenta la Ingesta Diaria Tolerable (IDT) provisional establecida”.
En cuanto a los estudios in vivo, el equipo liderado por Cameán Fernández pretende conocer y profundizar en los mecanismos de acción tóxica, como por ejemplo, el extrés oxidativo, a nivel bioquímico y molecular.
Innova Press