La utilización de veneno contra los topillos puede ser un delito ecológico

Nota de WWF/Adena
Por vía urgente, WWF/Adena ha pedido al Consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León que antes de iniciar el envenenamiento masivo contra la plaga de topillos, evalúe con sus expertos las consecuencias ambientales que van a desencadenar, que a juicio de WWF/Adena serían catastróficas para la fauna.

Las aves de presa especialistas en la captura de topillos (como el Milano real) son la mejor herramienta para el control de las explosiones demográficas de estos micromamíferos. Por otra parte, las rapaces son extremadamente sensibles a la intoxicación consecuencia del consumo de roedores envenenados. Recientes estudios en Francia, que localizaron miles de ejemplares muertos tras este tipo de tratamientos, así lo demuestran. Por ello, la medida que se va a poner en marcha tendría efectos muy negativos. La mayoría de los 50.000 ejemplares de Milano real invernantes en nuestro país -la práctica totalidad de su población mundial- se concentran en la Meseta Norte, en áreas con altas densidades de topillo campesino. Son verdaderos especialistas en su captura, al igual que Busardos ratoneros, Cernícalos comunes, Búhos campestres o Lechuzas comunes entre otros. Además, el veneno también provocaría la muerte indiscriminada de muchas otras especies granívoras, como por ejemplo perdices, palomas o avutardas, al consumir el grano que se quiere utilizar como soporte del veneno.

WWF/Adena considera que esta actuación de la Consejería puede constituir un delito ecológico pues se utiliza un sistema indiscriminado, masivo y letal para la fauna, con el agravante de producirse en zonas ZEPA (protegidas por la UE), donde existen numerosas especies sensibles que se verían afectadas. Además, los cultivos reciben compensaciones económicas, precisamente, para que cumplan con unas condiciones ambientales mínimas que, por el envenenamiento, quedarían vulneradas .

WWF/Adena hace un llamamiento al Consejero de Medio Ambiente para que paralice la distribución del veneno, aplique otras soluciones y sea congruente con las obligaciones de su Consejería. Algunas alternativas a estudiar de forma urgente son las siguientes:
-Valorar las pérdidas económicas reales que ocasiona la plaga, realizada por una entidad independiente.
-Promover con fondos de desarrollo rural métodos de control biológico de plagas, evitando el uso de productos químicos. Es especialmente relevante mantener una población alta y estable de predadores naturales, como aves rapaces y carnívoros terrestres.
-Establecer una línea de seguros agrarios que cubra este tipo de daños, mediante convenios con entidades financiaras y asociaciones agrarias.
-Asesorar sobre posibles medidas de manejo de las siembras que puedan ser eficaces para reducir la incidencia de la plaga, como métodos de laboreo convencional, utilización de rodillos tras las siembras, elección de cultivos que no favorezcan la plaga, etc.
-Desarrollar un proyecto de investigación que permita prever los ciclos de la plaga y establecer el sistema de alerta y las medidas a tomar.
-Destinar el dinero que se quiere utilizar en las campañas de envenenamientos para financiar las medidas anteriores más urgentes.

WWF/Adena

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