Más de 170 profesionales asistieron al I Congreso Internacional de Uva de Mesa que Ruralcaja celebró recientemente en Novelda, en el que se puso de manifiesto la inquietud de un sector que cada año pierde superficie y producción en la tradicional zona productora de la Comunidad Valenciana.
Según publica la revista de las cooperativas agrarias valencianas «Agricultura y Cooperación», los datos no dejan lugar a dudas. En 1996, la Comunidad Valenciana contaba con 21.404 ha. de superficie de cultivo de uva de mesa, el año pasado no superaba las 9.957 ha., lo que supone que en tan sólo diez año se ha perdido el 54,2% de la superficie de cultivo de esta fruta.
En la provincia de Valencia, estas cifras son aún más alarmantes. Según datos de la Conselleria, en 1982 la superficie cultivada de uva de mesa ascendía a 18.167 ha. y en 2003 se ha reducido hasta 1.516 ha., lo que representa una pérdida nada más y nada menos que del 91,6% de las tierras destinadas a este cultivo en 20 años. En el mismo periodo de tiempo, Alicante ha perdido algo más de la mitad de su superficie, que ha pasado de 20.274 ha. en 1982 a las 9.900 de 2003.
Este descenso de producción no se enmarca en una caída de la demanda, como demuestra el hecho de que las importaciones españolas de uva de mesa hayan pasado de 1.473 toneladas en 1990 a 27.437 en 2003, lo que supone que se han disparado un 1.762%, es decir, 20 veces más.
Los distintos expertos que participaron en las ponencias resaltaron la necesidad de agruparse por parte de los productores, con el fin de negociar la explotación de nuevas variedades sin semillas, como las desarrolladas por la Universidad de California; tener una oferta continuada, mediante la combinación de variedades y el conocimiento de su manejo. Las alternativas de suministro de agua y el riego subterráneo, y la necesidad de subvenciones para la mejora de las estructuras y la implantación de nuevos sistemas de cultivo con mallas, o embolsado de plástico, además de la concentración empresarial cooperativa con el ejemplo de Surinver de Pilar de la Horadada (Alicante), fueron también motivo de debate
CCAE