El Director General de la FAO, Jacques Diouf, interviniendo en nombre de los tres organismos en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, indicó que los fenómenos climáticos extremos están teniendo ya efectos adversos en la seguridad alimentaria, y que los cambios a medio plazo continuarán teniendo un impacto negativo.
“Si no actuamos ahora, el cambio climático incrementará el número de hambrientos en el mundo”, aseguró. “El cambio climático es una grave amenaza para la seguridad alimentaria a nivel mundial”. El informe de la FAO “Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2006” indicaba que 854 millones de personas en todo el mundo sufren de hambre y malnutrición, de los cuales 820 millones en los países en desarrollo.
El cambio climático afectará a los más vulnerables
“Las personas y sistemas alimentarios vulnerables resultarán especialmente afectados”, subrayó Diouf. “La gente que ya es vulnerable y vive en la inseguridad alimentaria verán agravada su situación”.
Tres de cada cuatro de los mil millones de pobres en el mundo viven en zonas rurales de los países en desarrollo y se enfrentan a un riesgo inmediato a causa de las malas cosechas y la pérdida del ganado. También son vulnerables los más de 1 500 millones de personas en el mundo que dependen de los bosques, y que figuran entre las más pobres, al igual que los 200 millones que dependen de la pesca.
“Cuando discutamos sobre el cambio climático es primordial que abordemos las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria”, dijo Diouf, anunciando que en junio del próximo año la FAO organizará una conferencia de alto nivel para tratar la seguridad alimentaria mundial y los desafíos del cambio climático y la bioenergía.
Resistencia fortalecida
Diouf dijo que es vital tomar medidas inmediatas para aumentar la resistencia al cambio climático de la población rural y ayudar a su adaptación a las nuevas condiciones. Mientras que han de redoblarse los esfuerzos para garantizar que la creciente población mundial tenga acceso a comida suficiente, sana y nutritiva, las medidas efectivas a tomar incluyen: sistemas de alerta temprana; estrategias de adaptación; actividades de reducción de riesgo de catástrofes; e iniciativas en la red de seguridad contra el hambre.
Una gestión forestal sostenible también ofrece oportunidades para una inmediata mitigación y adaptación, dijo Diouf. La deforestación es responsable del 17 por ciento de los GEI mundiales de forma que una mejor gestión forestal ofrecería la oportunidad de “medidas exhaustivas, rápidas y efectivas” al tiempo que beneficiaría a la población rural pobre y conseguiría beneficios medioambientales.
Los pagos por los servicios medioambientales y por la conservación y retención del carbono podrían hacerse a los agricultores que vivan en ecosistemas frágiles, sugirió Diouf.
Mayores inversiones
Se necesitan enfoques de estrategias integradas y de colaboración para superar las diversas amenazas del cambio climático, según Diouf. “La ejecución eficaz requerirá mayores inversiones a todos los niveles en desarrollo agrícola y gestión de recursos naturales”. Pero hay que buscar un equilibrio entre el sector agrícola y el energético.
La FAO, el FIDA y el PAM se comprometieron a usar su conocimiento, pericia, presencia global en el terreno y programas de inversión “para dar nuestro apoyo continuo a los países y seguir colaborando con los países miembros y otros socios, dentro y fuera de las Naciones Unidas, para asegurar que los efectos del cambio climático no agraven el hambre y la pobreza”, concluyó Diouf.
Conferencia de Alto Nivel
La Conferencia de Alto Nivel sobre la Seguridad Alimentaria Mundial y los Desafíos de la Bioenergía y el Cambio Climático tendrá lugar en Roma del 3 al 5 de junio de 2008. Se centrará en cómo la agricultura puede continuar produciendo suficientes cantidades de alimentos para alimentar a la creciente población mundial, y particularmente a las personas pobres y vulnerables en condiciones climáticas cambiantes.
La conferencia abordará los desafíos específicos del clima y la bioenergía en los sectores de la alimentación, agricultura, silvicultura y pesca.
FAO