En el estudio se compara la abundancia de cada especie en las áreas marinas protegidas con la abundancia en zonas anexas abiertas a la pesca. El estudio, publicado en el último número de la revista
las especies comerciales son más abundantes en el interior de las reservas, sobre todo los peces de gran talla que no forman cardúmenes como el mero o la corvina. Además, también se observaron respuestas positivas significativas en especies de movilidad amplia, como el dentón o especies de jurel de gran tamaño, para las que se había postulado que las áreas marinas protegidas no serían efectivas.
Por otro lado, no se observaron respuestas a la protección en muchas de las especies que no son objetivo directo de la pesca pero que son capturadas de forma no intencionada.
Este estudio confirma que las áreas marinas protegidas no son la panacea de la conservación, sino que su efectividad como herramientas de gestión y protección depende de las características biológicas y ecológicas de las especies, así como de su interés comercial.
SINC