El uso de este tipo de energía en el sector agrario es muy reducido sobre todo en el norte de España, según el Ingeniero Agrónomo del Departamento de Ingeniería Agroforestal de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Santiago de Compostela, Ramón Verlo Sabín, encargado de desarrollar la ponencia. Los principales obstáculos con los que se encuentran este tipo de instalaciones energéticas son, básicamente, sus elevados costes, los problemas que se generan con la Administración por su colocación, la existencia de unas normas opacas y discriminatorias que rigen su funcionamiento y la escasa información con la que cuenta la sociedad en este ámbito. Un problema añadido, según Verlo Sabín, es la falta de profesionales dedicados a este sector.
Las actividades agrarias que utilizan la energía solar para realizarse, en aquellos casos en los que se opta por esta alternativa energética en las explotaciones agrícolas o ganaderas, son el calentamiento del agua para ser utilizada en las explotaciones de vacuno, sobre todo, en las tareas de limpieza; el sistema de calefacción en invernaderos y en las estabulaciones ganaderas; y el secado de productos agrícolas.
Las Comunidades Autónomas aportan ayudas para la instalación de paneles que transforman en energía que varían en función de la región en la que se soliciten. Estas subvenciones públicas son uno de los motivos del crecimiento que está experimentando en los últimos tiempos este sector. En este aspecto también ayudan las nuevas normativas que legislan el sector, la reducción considerable de los costes producida entre otras por los avances tecnológicos y la concienciación de la población en temas medio ambientales y energéticos.
El futuro para este tipo de energía se está enfocando hacia la refrigeración utilizando al sol como fuente de suministro. Este es un sistema que aún no está muy extendido ni en España ni en el resto de los países europeos pero que viene a marcar las pautas de la evolución energética solar.
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