Las cooperativas agroalimentarias en la encrucijada de un cambio de modelo

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Las cooperativas agroalimentarias tienen una gran importancia socioeconómica en la Unión Europea, y en particular en España, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. En el primer caso, por el elevado número de organizaciones existentes, de socios que las integran, de facturación, y de puestos de trabajo que generan. Y, en el segundo, por su protagonismo para la mejora de la competitividad de las empresas agrarias de sus socios, a través de los servicios que les prestan.

El buen gobierno de las cooperativas es un elemento fundamental del éxito de la relación que mantienen con sus socios y, en definitiva, de su competitividad. En el caso de las cooperativas agroalimentarias, su gobernanza adquiere una especial relevancia por el elevado número de socios de la mayoría de ellas, unido a la diversidad de papeles que pueden desempeñar.

El grupo de investigadores responsable de este trabajo parte de una premisa fundamental: las cooperativas agroalimentarias tienen una gran importancia socioeconómica en la Unión Europea, y en particular en España, tanto en términos cuantitativos como cualitativos. En el primer caso, por el elevado número de organizaciones existentes, de socios que las integran, de facturación, y de puestos de trabajo que generan. Y, en el segundo, por su protagonismo para la mejora de la competitividad de las empresas agrarias de sus socios, a través de los servicios que les prestan (suministro de inputs, asesoramiento técnico, formación, información, innovación, acceso a ayudas para la mejora de sus explotaciones, transformación, comercialización, etc.).

Es especialmente interesante comprobar que en este estudio se confirman las conclusiones del Plan Estratégico del Cooperativismo Agroalimentario Español, donde ya se adelantaban como ejes básicos la necesidad de reforzar la cultura empresarial de los socios y dirigentes y la competencia técnica de sus directivos, así como la puesta en marcha de políticas activas de comunicación entre los tres niveles de la organización. Sólo así, las cooperativas serán capaces de compartir misión, visión y valores y por lo tanto compatibilizar los intereses a corto plazo con una estrategia a largo que garantice la continuidad de la cooperativa como empresa, y como entidad al servicio de un colectivo que va más allá de los propios asociados, porque contribuye de forma decisiva al desarrollo económico de buena parte de nuestro medio rural.

El buen gobierno de las cooperativas es un elemento fundamental del éxito de la relación que mantienen con sus socios y, en definitiva, de su competitividad. En el caso de las cooperativas agroalimentarias, su gobierno adquiere una especial relevancia por el elevado número de socios de la mayoría de ellas, unido a la diversidad de papeles que pueden desempeñar (proveedor, cliente, propietario, controlador, trabajador y beneficiario).

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