Las granjas y los bosques contra el cambio climático

«La agricultura y la deforestación contribuyen de forma importante al cambio climático, pero al mismo tiempo los campesinos y los usuarios de los bosques pueden convertirse en figuras clave a la hora de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», señaló Alexander Müller, Director General Adjunto de la FAO.

Beneficios para todos

«Liberar el potencial de la agricultura y la silvicultura para mitigar el cambio climático requiere mecanismos de financiación orientados a los campesinos y silvicultores en todo el mundo, particularmente pequeños agricultores en los países en desarrollo», añadió. «Estos mecanismos deberían dar prioridad a medidas para reducir las emisiones que beneficien también a la seguridad alimentaria y energética, la reducción de la pobreza y el uso sostenible de los recursos naturales. La silvicultura y la agricultura ofrecen muchas oportunidades para estas medidas que conllevan beneficios para todos», aseguró Müller.

Las emisiones de gases de efecto invernadero de la silvicultura y la agricultura contribuyen actualmente en cerca de un 30 por ciento del total anual de emisiones (deforestación y degradación de los bosques 17,4 por ciento, agricultura 13,5 por ciento). La agricultura es responsable del 50 por ciento de las emisiones de metano (ganadería y cultivo del arroz) y más del 75 por ciento del óxido nitroso (en su mayor parte a causa de la aplicación de fertilizantes) emitidos anualmente por la actividad humana.

«El cambio climático afectará a las vidas y los medios de subsistencia de los campesinos, pescadores y usuarios del bosque en los países en desarrollo, muchos de los cuales se enfrentan ya a dificultades para obtener ingresos suficientes para alimentar a sus familias», dijo Müller.

Riesgo creciente

Las comunidades rurales, en particular las que viven en áreas que ya son frágiles a nivel medioambiental, se enfrentan a un riesgo inmediato y creciente de malas cosechas, pérdida de ganado y disponibilidad reducida de productos marinos, acuícolas y forestales. Los seres humanos, las plantas, el ganado y los peces se enfrentarán a nuevas plagas y enfermedades.

«El cambio climático -concluyó Müller- tiene el potencial de incrementar el hambre, en particular en los países más pobres. Tenemos que actuar ahora si queremos evitar un desastre humanitario».

El cuarenta por ciento de la biomasa terrestre está gestionada directa o indirectamente por campesinos, ganaderos o silvicultores. Según Müller, «la comunidad internacional solo podrá ganar la batalla global contra el cambio climático si conseguimos movilizar el potencial de estos usuarios de la tierra para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para retener carbono en el suelo y las plantas. Tenemos que adaptarnos a cambios climáticos que son más rápidos e intensos que en el pasado».

Utilizando variedades agrícolas más eficaces, un mejor control de los incendios forestales, una mejor gestión de los recursos naturales, la retención del biogás a partir del estiércol animal, la recuperación de la tierra a través del pastoreo controlado, la gestión orgánica de la tierra, la agricultura de conservación y los sistemas agroforestales, son medidas prometedoras que deberían de ser promovidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero desde la agricultura y la silvicultura, y mejorar así la adaptación al cambio climático.

La FAO apoya a los países de las islas del Pacífico para integrar las estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático en los planes nacionales de gestión agrícola, pesquera y forestal, así como en los de seguridad alimentaria. En Marruecos, al igual que en otros países en desarrollo, la FAO ayuda a evaluar el impacto del cambio climático en la agricultura y la seguridad alimentaria. En Bangladesh y en Nepal, la FAO mejora la capacidad nacional y local en agricultura, ganadería y pesca para reducir el riesgo de calamidades y apoyar la gestión de riesgos climáticos y la adaptación al cambio climático, lo que incluye unir el apoyo sectorial a la acción de las comunidades.

FAO

3 respuestas a «Las granjas y los bosques contra el cambio climático»

  1. Pienso que la erosion es el problema que mas influye sobre el cambio climatico, al menos en nuestra patria y la UE deberia de hacer especial hincapie en que se cumplan las normas de condicionalidad y no se las salten a la torera los agricultores españoles o inventen trampas para evadir la ley como por ej. al decir que si la labor no es profunda se puede labrar (gradear) a favor de pendiente lo cual es todaviá mas perjudicial que si fuera una labor profunda y que estas excusas sean aceptadas por los incompetentes funcionarios españoles causando asi el mayor de los perjuicios contra los suelos españoles.

  2. estas son las acciones urgentes retener el suelo y resembrar lo talado, es decir lo deforestado, pero la naturaleza con alluda de retencion de suelos regresa a sus origenes, soy Ing. Forestal del Estado de Chihuahua y estos programas son urgentes para mejorar los ecosistemas
    saludos

  3. Interesante artículo, estoy de acuerdo en que la agricultura y la deforestación constituyen por sí mismas un factor clave en la lucha contra el calentamiento global acelerado, sin embargo, creo que existen factores objetivos de mucho mayor peso en el cambio climático y que lamentablemente están siendo subestimados de forma continua.

    Mi hipótesis, la cual llevo años intentando divulgar, está sustentada básicamente en los siguientes puntos:

    1) Considera a los bosques como los principales sumideros de CO2 (junto con los océanos) en el ciclo de este gas atmosférico…

    2) El efecto invernadero provocado por determinados gases, principalmente el CO2, y aceptado por una notable mayoría científica …

    3) El origen antrópico de la gran mayoría de incendios forestales en el mundo, con un ídice superior al 80% en la totalidad de estudios realizados …

    4) Alteración química composicional de la atmósfera (a nivel de troposfera) como consecuencia de la liberación masiva e inmediata de miles de millones de toneladas de CO2 anuales a la troposfera como consecuencia de dichos incendios forestales y del consumo en grandes cantidades de oxígeno, proceso químico en el que los grandes almacenes de CO2 pasan a convertirse en una pocas horas en emisores potenciales provocando un desequilibrio significativo en la balanza del ciclo de este gas …

    5) La progresión geométrica de la población mundial (duplicada en los últimos 40 años, plazo de tiempo que supone aproximadamente la milésima parte de la existencia del homo sapiens sapiens en el planeta) …

    6) La tendencia creciente de incendios forestales constatada en diversos estudios realizados sobre diferentes regiones del planeta.

    7) La evidente conexión entre los puntos 3), 5) y 6), que podrían estar transformando el carácter de constante ecológica de los incendios forestales en una variable antrópica de primera magnitud con capacidad suficiente para acelerar el proceso más allá de las estimaciones y cuyo peso parece estar siendo subestimado de forma sistemática en la ecuación del cambio climático por parte de todas las disciplinas involucradas en las investigaciones.

    Los incendios forestales a escala global (con 3-4 mill km2 de bosque incendiados po año) podrían estar emitiendo a la atmósfera más del 50% del montante total de CO2, y deben ser considerados como una causa antrópica.

    Y lo peor de toda esta historia es que existen ya mecanismos para combatir los incendios forestales con capacidad para erradicar hasta un 70% (en el caso de España) sin que hasta el momento ningún gobierno haya tomado cartas en el asunto.

    Pueden visitar mi web en:

    http://calentamientoglobalacelerado.net/alerta.htm

    Un saludo.

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