Las judías verdes son bajas en grasa y ofrecen una fuente excelente de fibra dietética, muy útil para controlar el colesterol y prevenir que los niveles de azúcar aumenten demasiado rápido después de las comidas. Además de ser ricas en proteínas y carbohidratos las judías verdes contienen ácido fólico y molibdeno y cantidades significativas de hierro, magnesio, potasio, fósforo y manganeso.
A la hora de comprarlas elije las judías que estén firmes y tengan la piel suave al tacto. Lo mejor es consumirlas el mismo día de la compra o al siguiente; también puedes guardarlas en la nevera envueltas en un papel durante tres o cuatro días más. Corta los extremos de las judías en el instante en que las vayas a cocinar. Una vez cocinadas se conservan en el congelador hasta dos meses. Versátiles, puedes incluirlas en un montón de platos y son excelentes en ensaladillas, sofritos, salsas y para incorporarlas a hervidos, arroces y otros guisos.
Hortocasiña, empresa gallega de productos ecológicos, cultiva judias verdes de control integrado de las variedades Helda y Perona.