Según las pruebas realizadas, el ahorro económico para un barco de arrastre característico de la flota catalana sería de 18.000 euros al año y se evitaría la emisión a la atmósfera de 120 toneladas de CO2, tomando como referencia que un buque gasta unos 62.000 euros de combustible al año.
La iniciativa contó con la colaboración de cinco barcos de pesca catalanes y tuvo como objetivo reducir el consumo de combustible para paliar su impacto ambiental, además de favorecer la rentabilidad de la flota y determinar qué medidas hay que implantar.
Según los ensayos, se puede reducir el consumo de energía un 29% cada día, un 41% durante la fase de arrastre y un 16% con una mejor gestión del patrón.
Para ello, hay que reducir la resistencia del equipo de pesca, mejorar la eficiencia de los sistemas de propulsión, instalar sistemas de control del consumo, adecuar la cámara de máquinas e impartir formación a patrones y maquinistas.
La inversión necesaria para realizar estas mejoras técnicas asciende a 40.000 euros, que con las actuales subvenciones de los fondos europeos supondrían un coste de 24.000 euros para los pescadores. El periodo de retorno de la inversión sería de unos dos años.
Tras conocer los resultados, la Dirección General de Pesca y Acción Marítima ha establecido un calendario de reuniones con el sector pesquero catalán para explicar cómo aplicar las medidas técnicas y la incidencia real en el día a día de las embarcaciones de arrastre. Las reuniones tendrán lugar en Roses, Barcelona, Cambrils y Sant Carles de la Ràpita. Posteriormente, habrá talleres de formación de ahorro energético.
Europa Press
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