Si se suspendieran por completo los tratamientos aéreos en el arroz, las consecuencias serían numerosas ya que habría que reestructurar todos los tratamientos de las fincas (la siembra, el abonado, etc.), porque casi el cien por cien de los mismos se realiza por medios aéreos”, explica Javier Ruíz Naranjo, presidente de Aprove (Asociación Andaluza de Protección Vegetal).
Además, provocará la aparición de plagas con numerosos problemas para la ciudadanía como la proliferación de mosquitos que ha tenido lugar este verano en la marisma de Sevilla.
“En el caso de los tratamientos colectivos que se llevan a cabo para combatir la mosca del olivo habrá algunas zonas donde se podrán sustituir por tratamientos terrestres; sin embargo, otras, como en la sierra la única opción son los tratamientos aéreos”, añade Ruíz Naranjo.
Además, señala que “no atajar la plaga en su momento, cuando está saliendo de la sierra, provocará el empleo de más insecticida cuando llegue a la campiña. Por lo tanto, es más beneficioso que sigan existiendo medios aéreos, aunque más controlados”.
En terrenos forestales ocurre algo similar, ya que se trata de grandes superficies con una orografía muy difícil para trabajar con medios terrestres, aunque existirán excepciones en algunas fincas de forma puntual.
“La procesionaria debilita al pino y afecta a la defoliación de la hoja, pero también tiene consecuencias sobre las personas como efectos urticantes y alergias. En este sentido, la Directiva establece que puede haber unos grupos vulnerables en donde se restringe más el uso de fitosanitarios, con un uso más sostenible en bosques cercanos a zonas residenciales, escolares, hospitales, donde el proyecto de Directiva es mucho más restrictivo”, explica Fernando García Prieto, Vicepresidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Andalucía Occidental (Coitand).
También implica las restricciones en tratamientos en lugares cercanos a arroyos, ríos, acuíferos, etc. con el objetivo de evitar cualquier tipo de contaminación de las masas de agua.
Durante los últimos años, los sistemas de producción agrícolas han evolucionado hacia una tendencia más respetuosa con el medio ambiente, reduciéndose de manera notable el número de materias activas utilizadas. La tendencia actual es seguir reduciendo estas materias dejando las más respetuosas con el hombre y el medio ambiente. En este sentido, la investigación de la industria de fitofármacos está dirigida a poner en el mercado productos menos agresivos para el medio ambiente con un perfil toxicológico más bajo, que afecten menos a los insectos depredadores y a la fauna auxiliar.
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