Ayer se celebró en León la primera protesta convocada por la organización agraria ASAJA de Castilla y León contra accionistas relevantes de la empresa Ebro Puleva, como son Caja España, Caja Duero y la SEPI (Gobierno). El motivo es exigir a los miembros del Consejo de Administración de Ebro Puleva que cesen en el acoso a la organización agraria ASAJA y sus asociados, a los que se les está privando de contratar remolacha suplementaria, con el único pretexto de que “ASAJA critica la reforma de la OCM de la remolacha y no colabora suficientemente con los planes de la compañía Ebro Puleva”.
Varios centenares de agricultores, encabezados por los líderes de ASAJA de Castilla y León y de varias provincias de la Comunidad Autónoma, se han manifestado frente a las sedes de Caja España, Caja Duero, la Caixa y la Subdelegación del Gobierno en la capital leonesa. Los congregados portaban una pancarta en la que se leía: “Remolacha para todos los agricultores. Contra el peaje político de Ebro Puleva”.
Hasta el momento, sólo Caja España ha accedido a reunirse con ASAJA, concretamente el próximo jueves, para dar una explicación sobre esta situación: el objetivo de nuestra organización es averiguar si, como dicen los directivos de Azucarera Ebro, este irregular reparto de remolacha cuenta con el beneplácito del Consejo de Administración de la compañía, en el que están las cajas y la SEPI, o bien es un castigo de la compañía a la independencia que ha demostrado ASAJA defendiendo a los cultivadores.
Como ya se ha denunciado, la compañía Azucarera Ebro, del grupo Ebro Puleva, está contratando en Castilla y León remolacha de reporte de la próxima campaña que presumiblemente no se va a producir en Andalucía. Esta remolacha se oferta a los cultivadores a precio más bajo, es decir, a 29 euros por tonelada, pero se ha vetado en su reparto a los agricultores de ASAJA y se ha primado de una forma muy especial a la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y a alguna organización provincial de la COAG. ASAJA ha entendido esta nueva estrategia empresarial como una forma de intentar acabar con el sindicalismo agrario independiente y como un “aviso a navegantes” de que no se admiten críticas ni a la política azucarera del Gobierno ni a la política de contratación de remolacha de la compañía
ASAJA CyL