Los citricultores sólo perciben el 13% de lo que paga el consumidor por una clementina

Según un informe elaborado por los Servicios Técnicos de AVA-ASAJA, en las últimas seis temporadas el citricultor sólo se ha quedado de media con el 13,34% de lo que paga el consumidor por una clementina, mientras que el comercio mayorista aglutina el 30,5% y el vendedor final/gran distribución, el 56,1%. El estudio, elaborado a partir de los datos oficiales del Observatorio de Precios del Ministerio de Medio Ambiente acumulados entre 2004 y 2010, con firma que sólo en dos de las últimas seis campañas el agricultor logró obtener algún beneficio por sus mandarinas. Es más, concluye que el precio del ‘campo a la mesa’, es decir, la diferencia entre precio en origen y al público (PVP) se multiplica mucho más cuando el agricultor vende sin llegar a cubrir sus costes.

Efectivamente, la estadística demuestra que no es el comportamiento de los mercados en origen el factor determinante en el precio final. Así, en todas las campañas en las que el citricultor trabajó ‘a pérdidas’ (las tres comprendidas entre 2004 y 2007 y la 2008/09) se produjo una mayor diferencia entre los precios de origen y destino (se multiplicaron por 9’3, 8’33 y 9 y por 7’44 en la 2008/09, respectivamente). Por contra, en las dos únicas temporadas de las seis analizadas en las que el productor de mandarinas logró un mínimo beneficio (la 20007/08 y la 2009/10) tal salto fue mucho menor (del ‘campo a la mesa’ sólo se multiplicó por 6’48 y 5’75, respectivamente).

La estadística oficial del MARM referida a las clementinas también ratifica que es el margen bruto del intermediario y fundamentalmente del vendedor final, el factor que más condiciona el precio de venta al público (PVP). En el caso del primero y con independencia de los precios en origen, la participación del intermediario –cooperativa, comercio privado o mercado mayorista- en el PVP de las mandarinas no ha hecho sino crecer en cada campaña (del 25,42% de 2004 al 33,68% de 2010). En el segundo caso, la cuota del vendedor final oscila mucho más pero alcanza cifras récord coincidiendo con las temporadas más compli cadas para el citricultor (de entre el 63,8 y el 58,03% sobre el PVP) y mucho más bajas cuando el productor percibe mejores precios (del 52 al 48%). Es decir, que cuando la mandarina se compra barata en el campo, la gran distribución y las tiendas aumentan su margen para ganar más. Para el vendedor final poco importa la marcha de la campaña porque casi invariablemente su margen por kilo se sitúa siempre en el entorno de un euro.

El estudio también se ha realizado sobre naranjas pero los datos no son ilustrativos porque –por razones que escapan a AVA-ASAJA- los técnicos del ministerio no recogieron datos de cuatro campañas (las más complicadas y comprendidas entre la 2004/05 y la 2007/08). Los datos del Observatorio no reflejan tampoco el fenómeno de la ‘venta a resultas’ (sin precio para el citricultor), por lo que los ingresos reales –en la práctica- fueron sensiblemente más bajos que lo que reflejan sus cotizaciones.

Por todo ello, el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, insiste en reclamar al Gobierno central y al autonómico “medidas urgentes para estabilizar las rentas de los productores y entre ellas, la más eficaz a corto plazo, sería imponer el uso obligatorio del contrato de com pra-venta de Intercitrus para acabar así, por decreto, con la venta ‘a resultas’”.

AVA-ASAJA

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