«Se va a trasladar a los niveles de precios, aunque no sabemos en qué medida», comentó Fraile, quien declinó profundizar en esta cuestión para evitar problemas con la Comisión Nacional de la Competencia (CNC).
El secretario general de la CEC garantizó que los comerciantes «harán un esfuerzo para que el impacto sea el menor posible y los consumidores no resulten afectados». En cualquier caso, recalcó que esto puede suponer una pérdida de competitividad para el sector.
«Soportaremos lo que haya que soportar porque tenemos capacidad de resistencia, lo que no sabemos es hasta cuándo», remarcó Fraile, quien recordó que el sector del comercio ha perdido cerca de 100.000 empleos y 30.000 locales en el último año. «Ya ha habido una reconversión y querríamos que esto se acabara ya», recalcó.
La CEC, según comentó, «aprecia» el esfuerzo del Gobierno para reducir el tipo de IVA a las obras de rehabilitación de vivienda, aunque pide que se amplíe a las inversiones en locales comerciales y al sector del equipamiento del hogar. Asimismo, reclama que se mantenga el IVA actual en productos de alimentación y en la hostelería y la restauración.
Fraile defendió que si el objetivo del Ejecutivo es aumentar la recaudación debería «reducir la fiscalidad para que crezca la actividad y de este modo se generen más ingresos». «Hay que incentivar la economía productiva, la industria, el comercio y el consumo, y eso sólo se consigue si hay confianza», concluyó.
Por su parte, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) coincidió en que el alza del IVA a partir de julio «no es oportuna» y en que, dada la situación económica actual, «puede no conseguir el efecto esperado».
Europa Press